Capitulo 3 "Último aliento"

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El olor a canela llenaba la habitación y en cierto punto comenzaba a marearme.

— El director te recibirá ahora — La secretaría se volvió hacía mi con una gran sonrisa.

— Gracias — Me levante, formé una línea dura con mis labios y caminé hacía la puerta qué parecía ser resguardada por 15 cámaras de seguridad y 2 franco tiradores.

Toque la puerta antes de girar la perilla con inseguridad. Abrí la puerta lentamente y el sonido de la radio sonaba ligeramente dentro del cuarto. No había ni un sólo indicio de alguien dentro y dudé sobre sí debía entrar.

— Puedo asegurarte de qué no muerdo Jane, pasa de una buena vez — Su voz estaba llena de humor y por un momento me sobresalte al creer qué no había nadie ahí. Cerré la puerta detrás de mi y caminé hacía el enorme escritorio.

— Buenos días director. Mi maestra mencionó qué quería discutir sobre algo conmigo. — Dije mientras tomaba asiento en una cómoda silla de cuero negro.

— Lo hice, pero también quería saber como estabas. — El director se acomodó en su silla un tanto informal. Supuse qué quería transmitirme seguridad o comodidad.

— Muy bien supongo. — Me encogí de hombros despreocupada ignorando el hecho de qué técnicamente, había convivido con el recuerdo de un fantasma está mañana.

— ¿Haz tenido problemas con Teresa? — El director jugaba con un boligrafo entre sus dedos.

— No he visto su horrorosa cara plástica en toda la semana — La sombra de una sonrisa se dibujo en su rostro.

— Esa es buena señal — Asistió — Muy buena diría yo. Tus moretones son casi invisibles ahora. Me alegra saber qué estás bien y qué Teresa haya sido castigada. —

En la busca fallida por algo más qué decir, opté por asentir y quedarme en silencio.

— Necesitan a una alumna para intercambio al otro lado del país. — Dijo como sí fuera un tema sin importancia. — Me pidieron localizar a mis mejores alumnos, y estás en los 5 primeros. Me agradaría discutir esto con tus padres y saber sí te dejarían ir por un tiempo. — Hizo una pausa mientras me miraba con una profundidad profesional — ¿Crees poder cumplirme este pequeño favor? —

Busque mi voz pero encontré un espacio en blanco. Estaba impactada, el director había ofrecido un intercambio por mi buena condición académica. Sí mis padres me dieran aprobación, significaría no más Dramas-Teresa, no más Beth-escándalos y no más mamá-regaños. Era mi oportunidad.

— Debe estar jugandome una broma, ¿No es verdad? Director, esto es algo muy serio para mi. Y la última vez qué un amigo me hizo una broma, estaba apunto de esconder su cadáver. Y créame, soy especializada en el arte ancestral de esconder cadáveres. — El director río ligeramente. Se había tomado mi comentario de forma positiva.

— ¿Por qué tendría qué estar bromeando? — Frunció delicadamente el ceño. — Te haré llegar todo sobre la planeación mañana por la mañana. — Sonrió.


*


El sonido de la puerta principal llegó a los oídos de Chris y después a los míos.

— Esa debe de ser Beth con la pizza — Dijo Chris mientras se ponía de pie y un brillo inundaba sus ojos con desesperación.

Estaba segura de qué el entusiasmo qué tenía Chris no era por ver a Beth y molestarla el resto de la tarde, era por ver la enorme Pizza de Peperoni qué estaría suspendida entre sus manos.

S U P E R L A T I V ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora