Capítulo 08

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Cerré cuidadosamente la puerta del departamento, de seguro eran más de la 01:00 de la mañana, Yerin debe estar completamente dormida y lo mejor es no despertarla.

Giré sobre mis talones, todas las luces estaban apagadas, llegar a nuestro cuarto va a ser tarea difícil, más con los zapatos que tenía puestos.

­—¡AL FIN! —miré en dirección de dónde provenía la voz, Yerin estaba sentada en el sofá.

—¿Yerin que haces despierta aún? —me saqué mis zapatos para estar más cómoda y me acerqué a ella.

—Bueno, estaba viendo los playlist de Gfriend y pasaron un video de Eunha, el último que ella subió —tenía una gran sonrisa.

—¿Y que tiene? —me senté a su lado.

—¡Ella es súper sexy! —gritó y se tiró arriba de mí— Si llegas a salir con ella quiero conocerla.

—No creo que pase, no sé si pueda —ella se sentó de nuevo a mi lado.

—¿Qué pasó? —ambas nos encontrábamos boca arriba mirado el viejo techo.

—Es una buena chica, no quiero herirla.

—Ella al final lo entenderá, sabrá que tenías que hacerlo para obtener un trabajo —explicó Yerin.

—¿De verdad lo crees? —pregunté.

—No lo sé pero arriésgate, deja de preocuparte por ella, no perderá nada. Seguirá siendo famosa, cantará, ganará mucho dinero, su mundo no cambiará, se hablara de ella unos días y te perdonará o te olvidará, luego lo superará.

—Tienes razón, además necesitamos esto —suspire pesadamente.

—Si... —se recostó en mi hombro— En algunos días tendré mi entrevista y si consigo el trabajo dejaremos de preocuparnos constantemente por falta de dinero.

Ella tenía razón, si haría esto no sería principalmente para ser parte de VOGUE Korea sino para cambiar nuestras vidas, ahora éramos más independientes que nunca, ya que no recibíamos ayuda financiera de nuestros padres, era hora de madurar según ellos.

—Tengo una sorpresa —le dije, ella se alejó de mí, parecía ansiosa. Saqué la tarjeta negra y el teléfono de Eunha que había guardado en el interior de mi vestido, donde nadie los notaria.

—¿Y esto? —tomo el teléfono de mi mano— Esto no es tuyo —estaba confundida, se lo quite de su mano.

—Es de Jung... —ella abrió sus ojos completamente sorprendida— solo seguí tu consejo, esto es lo más preciado para ella.

—¡DIOS! Ella te matará, yo en su lugar lo haría... —paso su mano por su rostro— Yo me refería a un collar o una pulsera, no su teléfono.

—¡Bueno, perdón! —dejé el teléfono en la mesita de noche que había a un lado del sofá— Igual eso no era lo que te quería mostrar —puse frente a ella la tarjeta negra, alzo su vista.

—¿Quemaste tu tarjeta de crédito? —la tomó y empezó a observarla de cerca, de seguro estaba leyendo lo que dice— ¿Sowon Wintour...?

—Desde ahora en adelante soy la sobrina de la gran Anna Wintour y con esta tarjeta... —apunté al plástico que sostenía— podré comprar lo que quiera, no tiene límite.

—¡Hay que ir de compras! —Yerin se levantó emocionada del sofá.

—Yerin —reproché— siéntate y cálmate... —ella hizo lo que le pedí— Si fallo con el artículo, lo que gastemos de esta tarjeta lo deberemos pagar.

—Pero lo lograrás —su voz sonaba más allá de la confianza.

—Puede que sí y puede que no, además lo usaremos solo cuando sea necesario —le advertí, ya que conocía la mirada que me estaba dando.

30 días para enamorarla (Wonha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora