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Pequeña, solo un poco más pequeña que todos los trolls promedio, pero no tanto como Chiquitina, así era Hope. Siempre estaba junto a su hermano y no se comunicaba mucho con otros trolls.
Muchos ni siquiera conocían su voz o apariencia, pero no era porque Ramón se lo tuviera prohibido, solo no se sentía cómoda. Pocas veces la veían, no era como que saliera mucho del búnker donde podía cantar y sentirse libre sin estar a la vista de los demás o en peligro por los bertenos.
- Voy a salir, Hope - aviso Ramón, la troll celeste de cabello claro, a diferencia de su hermano, salió de una de las tantas habitaciones hacia donde estaba su hermano.
- ¡Me traes flores! - afirmó con una sonrisa, el mayor le dio unas palmadas en la cabeza aceptando ese "pedido". No le costaba nada traerle unas flores a su pequeña hermana.
El búnker era grande, y algo solitario para ambos. Aún así jamás estaba en silencio por la troll de cabellos claros, que se la pasaba cantando y bailando mientras revoloteaba de una habitación a otra haciendo cualquier cosa entretenida que encontrará, desde leer hasta solo cocinar.
Solo eran ella y su hermano.
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