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- ¿Alguien más se va a unir a este viaje suicida? - pregunto Ramón peinando el cabello de Hope, de este salían desde pequeñas lanzas de madera hasta unas nudilleras que le termino dando para que se mantuviera quieta.
- Esa si que fue una sorpresa - contesto Hope al ver a Grandulon junto a Poppy - el algodón de azúcar puede llegar a ser peligroso - finalizó con una sonrisa.
Tiempo después, nuestra pequeña protagonista observaba aterrorizada al rededor. Solo había una flautita que se quedó sola después de que los rockeros se llevarán a los clásicos.
- Ellos estarán a salvo en cuanto no encuentren la cuerda del pop - le dijo Hope a Poppy tratando de mantener la esperanza mientras volvía a guardar la cuerda de forma en que no se notará.
- ¿Qué? ¿Enloquecieron? - pregunto Ramón mirandolas cómo si tuvieran un tercer ojo.
- Pensé que era una buena idea - explicó Poppy - no puedo creer que otra reina quiera usar sus poderes para el mal.
- Parece que se los están llevando, y no algo peor hay que ser positivos, hermano - Hope miraba la aldea confirmando lo dicho.
- Okey, cambio de planes - ordenó Ramón - tenemos que volver a casa y meter a todos en el búnker.
- ¡Esa es una buena idea! Casi nadie conoce nuestro hogar y es probable que no se acerquen al árbol troll de los Bertenos, no creo que conozcan que ahora ya son amigables - comenzó a explicar Hope cómo cada que Ramón contaba sobre sus planes locos.
- Eh, no. Cambio de planes - los interrumpió Poppy - hay que evitar que Barb destruya toda la música, ¿Si nosotros no lo hacemos quien lo hará?
- Poppy, ¿No que esto se solucionaría con abrazos? ¿Cómo nos abrazaremos de esto? - pregunto el azulado amigo.
- Está bien, Grandulon - trato de calmarlo la reina.
- ¿Está bien estar asustado cuando no puedo dominar mi compulsión por el algodón de azúcar? - se comenzó a exasperar.
Después de eso hicieron una promesa de dedito, Hope recordó cuando hizo una promesa de dedito con Ramón cuando eran más jóvenes. La más pequeña tomo con su mano aquella piedra brillante que se encontraba en su pecho, el miedo siempre la había paralizado durante mucho tiempo y justo en ese momento su hermano le tomo la mano. Estaba ansiosa y aterrada, pero confiaba que todo estaría bien si se encontraba junto a Ramón.
Al final se alejaron para avisarle los country sobre Barb, aunque Hope podía estar segura de que quizá también les habían enviado una carta. Al llegar Hoppe quedó fascinada por la música country.
