❦ 𝓐𝓺𝓾𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓷𝓸𝓬𝓱𝓮...☾⊹

ᕼᗩᗰᗷᑌᖇᘜᑌᗴՏᗩՏ ᑕOᑎ ᗰᗩᒪTᗩ

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✧ ɴᴀʀʀᴀ ɴᴀʀʀᴀᴅᴏʀ
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Los dos suicidas– digo los 2 countries. Estaban llegando a uno de los lugares favoritos de comida del argentino que conducía a la velocidad máxima permitida por la carretera.

Argentina cruzaba los dedos porque a esas horas no hubiesen cerrado la cocina¹ y seguía conduciendo.

Llegaron en unos minutos y se detuvo a estacionar en frente de uno de los muchos edificios que estaban paralelos al local.

Arge —. Llegamos señorita —.

Dijo apagando el carro y retirando las llaves para guardarlas.

Vene —. Supongo que es ese abasto de en frente —.

Arge —. Exactamente —.

Abrió la puerta del auto seguido de la venezolana.

Dio dos pasos cuando noto que ella estaba por cruzar la calle. Pareció entrar en pánico momentáneo y corrió a agarrarle la mano.

Arge —. ¡Espera! —.

Vene —. ¡Ay! —. Gritó de impresión cuando el otro tomo su muñeca y la jalo un poco hacia atrás. Volteó a verlo entre confundidos y asustada—. ¡¿Qué paso?! ¡¿Venía un vola'o?!

Arge —. No pero ¡¿Cómo se te ocurre?!

Vene — ... ¿Cómo se me ocurre qué? —

Arge —. ¡Cruzar la calle así no más! —.

Vene — ... —. Miró a ambos lados de la calle que no más le faltaba arena para ser un desierto —. ¿Y que quieres que haga? ¿Que vea el asfalto pensando en lo lindo que se ve mientras descubro como teletransportarme al otro lado?

Arge —. No boluda, tienes que venir hacia la acera, avanzar hasta el paso de cebra, ver qué no venga nadie, luego cruzar e ir al local —.

Vene — ... Pero... No viene nadie, puedo cruzar tranquilamente e ir directo al local en vez de literalmente perder diez minutos de mi vida en ir al paso de cebra caminar y por fin llegar —.

Arge —. Si es verdad que lo que propones es más fácil, pero el deber ser es seguir la ruta. Hazlo como si estuvieras en tu propio territorio —.

Vene —. Ay... Si supieras...  *Suspiro* Bueno, tomemos el camino largo —.

Arge —. Gracias —.

Soltó la muñeca de la chica, puso sus manos en los bolsillos de su chaqueta y empezó a caminar con ella los 10 pertinentes minutos para llegar.

Vene —. Mano ¿Tú de verdad haces esto cada vez? —.

Arge —. Pues claro —.

Vene — ... Cuidadito pue' que como sigas así un día de estos te va a atropellar un carrito de helado² —.

Ella se adelantó a llegar mientras el otro le veía confundido desde atrás.

Arge — ... ¿Qué...? ¿Un carrito de helado? Es una verdadera loca... —.

Siguió los pasos de la chica, que ya había encontrado una mesa para dos junto a la ventana.

Arge —. ¿Y... Eso que escogiste está mesa? —.

Vene —. Me pareció que sería un lugar agradable para comer. Pero si no te gusta podemos cambiarnos —.

Arge —. No no no. Es mi mesa favorita de aquí, solo me sorprende que lo hubieses escogido como primera opción siendo tu primera vez. Yo me di cuenta la sexta vez que vine que era el mejor lugar —.