╰ Capítulo uno: Caléndula

6 3 0
                                    

﹒2003 • Mediados de otoño﹐

[Ofelia]

Ya había terminado mi carrera de biología especializada en botánica.

Era por la tarde y estaba terminando de colocar mis plantas en el pequeño invernadero del jardín trasero de mi nueva casa. Acababa de mudarme a Tokio hacía apenas una semana y de momento me iba bastante bien. Solo había tardado tres días en llenar mi nueva y espaciosa casa de todo tipo de plantas y flores. Cuando compré la casa también compré un invernadero fijo que no era muy grande pero era suficiente para mí, así que era feliz.

Estaba sedienta después de trasplantar tantas plantas así que entré a la casa y fui a por un vaso de limonada que había hecho esta mañana. Al volver cambié de lugar una maceta con unas caléndulas preciosas.

—¿Hola? —una aguda voz a mis espaldas me paralizó.

Me giré lentamente después de dejar la maceta y vi a una niña de unos doce años con cabello rubio mirándome con curiosidad.

—Hola, ¿te has perdido? —le sonreí suavemente.

—No, vivo en la casa de al lado. —hizo una pausa y volvió a hablar un poco apenada—. Perdón por meterme en tu jardín sin pedir permiso.

—Tranquila, puedes venir las veces que quieras siempre y cuando no le hagas daño a ninguna plantita, ¿vale?

—¡Vale! —respondió con una sonrisa radiante. —Tus plantitas son muy bonitas, ¿te gustan las plantas?, ¡a mí me encantan!

—¿De verdad? ¡A mí también me encantan!, ¿cuál es tu flor favorita?

Pasamos unas tres horas hablando sobre plantas y sobre nuestras vidas mientras bebíamos limonada y trasplantábamos algunas flores. Ella me contó que se llamaba Emma y tenía tres hermanos que vivían con ella en la casa de al lado, junto con su abuelo también. No quise preguntar por sus padres, no quería ser una entrometida.

Ya estaba anocheciendo, así que le propuse acompañarla a la puerta de su casa, sus hermanos debían de estar preocupados por ella. Un par de minutos después de tocar el timbre la puerta fue abierta por un chico de pelo azabache bastante alto y apuesto, de mi edad, seguramente.

—Buenas noches, señor Sano. —supuse que era el hermano mayor—. Soy Ofelia Harada y vivo en la casa de al lado. Emma ha pasado la tarde conmigo, no tiene de qué preocuparse.

—Encantado. Yo soy Shinichiro Sano —me tendió su mano y yo la agarré y la sacudí con suavidad a modo de saludo—. Me alegra saber que ha estado contigo, pensaba que se había ido con mi hermano pequeño al parque. Gracias por cuidarla.

Emma nos miraba desde su altura a ambos con atención. Iba a hablar cuando Emma se me adelantó.

—¿Sabes qué? —dijo de repente, dirigiéndose a su hermano—. ¡Ofelia tiene su casa llena de plantas de todo tipo! ¡Su jardín también tiene muchas plantas y tiene hasta un invernadero! —informó con entusiasmo.

—¿De verdad? Que guay. —comentó él con una leve sonrisa.

—¡Shinichiro, vuelve aquí, es tu turno! —se escuchó una voz masculina proveniente del interior de la casa. Shinichiro rodó sus ojos con una pizca de molestia.

—Debería irme ya, todavía tengo que terminar de deshacer la mudanza. Perdón por molestar.

—Tranquila, no molestas en absoluto. Gracias de nuevo por cuidar a Emma. Si necesitas ayuda con algo no dudes en decírmelo, suelo tener las tardes libres. —Shinichiro me dedicó una sonrisa, que por cierto, era preciosa.

—Bueno saberlo. Buenas noches. —le dediqué una sonrisa.

Sano mayor y la Sano menor me respondieron lo mismo y me dirigí a mi casa.

Cené y me fui a dormir pronto, quería levantarme temprano al día siguiente. Me sentía aliviada de saber que tenía vecinos bastante agradables.

・・・・・・・・・・・・・・

[Shinichiro]

Mi despertador personal: Emma, estaba moviéndome las sábanas mientras gritaba un "Arriba, perezoso".

—Un minuto y bajo a desayunar. —murmuré somnoliento.

—Vale. —Emma se fue casi corriendo escaleras abajo.

Me levanté y abrí la ventana de par en par para comprobar la temperatura; ya empezaba a hacer frío. Me froté los ojos y me percaté de que mi ventana daba al jardín trasero de Ofelia, mi nueva vecina. Ahí estaba ella, regando algunas de sus plantas situadas en el exterior del invernadero. Quería saludarla pero me daba un poco de vergüenza, no sé porqué, así que bajé a desayunar con mis hermanos para luego irme a trabajar a la tienda de motos.

・・・・・・・・・・・・・・

[Ofelia]

Recibí una llamada mientras estaba escribiendo unos apuntes para mi máster en el salón. Cogí el teléfono fijo para contestar.

—¿Diga?

—¡Señora! ¿Quiere usted dejar de hablar con plantas y hablar con personas reales y normales? ¡Esta es su gran oportunidad! El viernes a las ocho de la tarde paso a recogerla. —exclamó Akane con tono de comerciante, cosa que me hizo reír.

—No sé si voy a po– —fui cortada al instante.

—Claro que vas a poder, necesitas conocer a más gente. —afirmó ella.

Al final accedí. Resulta que van a celebrar una fiesta en casa de un amigo de Akane, un tal Wakasa. La verdad es que no me gustan mucho las fiestas de jóvenes como yo en las que suele haber alcohol, pero Akane se había puesto bastante pesada así que acepté acompañarla.

La acompañaré, tomaré un trago y me iré a casa para mimar a mis plantitas, ¿qué puede salir mal? A decir verdad; todo.



⤷﹒⏆﹒🪴🔧  ¡Primer fanfic de Tokyo Revengers!
¿Que os va pareciendo? ♡

• Dale a la estrellita y comenta para leer más contenido delulu. — ✦

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 12, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗘𝗹𝗼𝗰𝘂𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora