capítulo final

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Namjoon respiraba pesadamente, apenas si podía moverse en el sofá y sentía cosquillas en su nariz cuando inhalaba. La noche se le había hecho corta y, a pesar de estar muy incómodo, había dormido como dios manda.

Parpadeó repetidas veces cuando la luz de la mañana lo encegueció y tuvo que ahogar un grito cuando vio a un chico desnudo acostado sobre él.

Se mantuvo quieto, analizando la cabellera castaña encima suyo y tomó aire antes de moverse lo más mínimo y mirar el rostro se su acompañante.

Seokjin.

Sus ojos se abrieron de par en par y tomo una manta que había en el respaldo, tapándolo inmediatamente, tratando de no moverse bruscamente.

Seokjin era grande.

Seokjin estaba desnudo y grande encima suyo, en el sofá.

Una sonrisa de alegría pura se formó en sus
labios y, sin saber que hacer primero, lo abrazó comenzándole a hacerle cosquillas. Seokjin rió suavemente antes de abrir los ojos y golpearle en la mano, sonriente. Sus sonrisa se desvaneció, palideciendo, y se golpeó la frente por ser tan bobo como para quedarse dormido y no haber huido, había perdido la oportunidad de que Namjoon se librase de él. Hizo un mohín, frunció el ceño y se levantó del sofá con los brazos cruzados.

Se levantó del sofá, sin saltar, solo haciendo un mínimo esfuerzo.

Gritó sorprendiendo al mayor y se subió al sofa de un salto, aferrándose a Namjoon.

-¡He crecido! ¡Ya no soy un bicho! iNamJoon, he crecido!- Los gritos de Seokjin se oían por toda la sala y Nam no podía creer la voz tan dulce que tenía ese pequeño. Joder, pegaba totalmente con su rostro de bebé. Y eso le encantaba.

De un movimiento lo recostó encima suyo y le plantó un sonoro beso en los labios, callándolo.

-Son las 7 de la mañana, bebé, los vecinos van a odiarme- Dijo Namjoon riendo al ver como todos los colores se le subieron al rostro a Seokjin.

-Yo soy grande- Susurró Seokjin al momento en el que sus ojos se llenaron de lágrimas y abrazó con todas sus fuerzasa a Namjoon. Estaba que no podía más con su felicidad, había vuelto a ser un chico de 17 años.

-Jin, debes vestirte- Murmuró Namjoon sobre su oído y recién en ese momento el menor se dio cuenta de su desnudez- Ponte mi ropa ¿Si? Luego iremos a comprarte todo lo que necesites- Seokjin asintió completamente avergonzado y, tapándose a duras penas, fue hasta el cuarto.

Namjoon respiró profundamente sin dejar de sonreir, el corazón le latía a toda velocidad, tenía tanta adrenalina en su cuerpo que no sabía que iba a hacer. Su chiquillo, su pequeño ya estaba bien. Y él no iba a permitir que se alejara.

Seokjin salió del cuarto con la ropa más cómoda posible, encontrándose a Namjoon totalmente embobado, mirándolo con una sonrisa.

-No puedo creer que seas tan hermoso, Jin-
Murmuró Namjoon abrazándolo con fuerza. Taehyung sonrió dejándose enmbriagar por su olor y suspiró.

-Namjoonie, quiero pasar tiempo contigo, pero ¿Podemos ir a visitar a mis amigos? Ha pasado demasiado tiempo desde que los he visto- Inquirió, sintiendo como Namjoon acariciaba su espalda.

-Claro que sí, lo que tú quieras- Namjoon se separó tomando las llaves y le sonrió, abriendo la puerta.

-Te quiero mucho Namjoonie- Confesó Seokjin, antes de darle un beso fugaz y salir por la puerta a toda velocidad. Ahora sí que los dos estaban perdidos.

Ambos estaban parados frente a una casa bastante arruinada, bonita pero sin cuidar. Seokjin tocó la puerta, su mano firmemente
entrelazada con la de Namjoon. Tenía mucho miedo, no sabía de qué, pero también la ansiedad y los nervios lo estaban comiendo vivo.

¿Y si lo habían olvidado?

La puerta se abrió y apareció un chico dándoles la espalda, bastante desarreglado y con una media de cada color.

-iJoder Yoongi, te tengo dicho que no entres a la puta cocina, carajo!- Gritó. Namjoon miró a Seokjin con una ceja arqueada, sorprendido ante la cantidad de insultos en una sola frase, y el menor rió, feliz, Ilamando la atención del joven.

Este se giró mirando a Seokjin totalmente indiferente antes de saltarle encima para abrazarlo.

-H-Hola Jimin- Dijo a duras penas Seokjin, sonriente. Su amigo sí que lo recordaba.

-¿Dónde mierda estabas!? i¿Tienes idea de cuánto te buscamos, tonto!?- Jimin no paraba de llorar desconsoladamente, de la alegria, y en cuanto apareció Yoongi por atrás, preocupado por oir llorar a su pareja, terminaron los tres en un abrazo sándwich con Seokjin en medio.

-Chicos, los extrañé- Murmuró Seokjin, mientras los abrazaba con todas sus fuerzas.

Yoongi se giró y miró a Namjoon con su peor cara posible, haciéndole señas a Jimin.

-Quién eres eh?- Cuestionó, arremangándose la camisa. Bien, tampoco era muy pacifista. Namjoon miró a Seokjin sorprendido, sin saber que decir, y este tomó el brazo de su amigo, sonriendo.

-Él es mi..eh.- Seokjin dudó, mirando al mayor.

-Soy su pareja, un gusto, me llamo Kim Namjoon- Extendió su mano con una sonrisa, y Yoongi  arqueó una ceja antes de empujarlo hacia él y darle una palmada en la espalda. Una fuerte palmada en la espalda.

-Bienvenido a la familia Nam, él es mi pareja Jimin, yo soy Yoongi- Se presentó, cambiando su actitud totalmente.

Seokjin rió, sintiéndose en familia, y sonrió
mirando al cielo. Por fin, después de tanto tormento, había vuelto a su casa.

Jimin los empujó dentro del hogar, sonriendo. -Tienes mucho que contarnos, jin- Habló antes de cerrar la puerta con fuerza.

Una anciana extravagante sonrió, acariciando la cabeza del pequeño a su lado.

-Entonces él ya no es un niño malo?- Cuestionó gruñón el pequeño, mientras peinaba a su peluche-

A tete no le gusta la gente mala- Murmuró,
haciendo referencia a su osito blanco. La mujer rió y comenzó a caminar, llevándolo de la mano.

-Para nada hobi, el nunca lo fue- Aclaró, antes de desaparecer por la calle, a la luz del sol.

✧*。٩(๑˙╰╯˙๑)و✧*。

-Fin... - Cerró el libro de golpe sobre saltando a el pequeño que estaba sentado frente a el.

-Wow, como sería una vida con una persona miniatura abuelito? -

-solo es una historia pequeño, desde el inicio te dije que solo hay que imaginar-

Ambos se dirigieron a la sala de la casa para acomodar una manta y una almohada sobre el cómodo sillón, hoy su pequeño se quedaría a dormir con ellos.

-Mamá me había contado esa historia, pero no tan específica como la tuya abuelito- el menor estaba somnoliento en un hilo entre la conciencia y el sueño - Yo crei que era real abuelito, la ropa que había en su recámara me lo confirmaba-

-Probablemente lo sea cookie,  lo importante es dejar volar la imaginación-

Fin




Cuidando a un mini Jin  (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora