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En la noche

Edward llegó rápidamente en su auto a la casa de Billy viendo a todos afuera asi que se bajó.

Edward: ¿esta-? –fue interrumpido por un grito desgarrador proviniente de dentro de la casa

Edward quedo petrificado escuchando esos gritos desgarradores.

Quil: así va por un rato –informó apoyado en la puerta

Embry: le esta rompiendo los huesos –explicó

Leah: Ahh porque tuvo que meterse –se quejó– yo lo hubiera desecho

Paul: vamos ya basta Leah –la calla y ella lo miro enojada

En eso salió de la casa Carlie junto a Sam.

Carlie: ya pasó lo peor –eso los tranquilizó– estará bien, le di morfina pero su cuerpo la consumira muy pronto, regresaré para darle más

Billy: gracias –Carlie lo mira y se sintió un poco de tensión pero simplemente se estrecharon la mano

Entonces se dio cuenta de la presencia de su hijo.

Carlie: esta preguntando por ti –señala con su cabeza la casa y se fue

Edward miro a Billy y el simplemente asintió dándole permiso para entrar así que el rápidamente entró a la casa y se dirigió a la habitación de Jacob.

Al estar en la puerta vio una imagen desgarradora a sus ojos, Jacob acostado en la cama lleno de sudor, con todo su cuerpo vendado.

Edward: hola Jacob –entra a la habitación

Jacob: hola –respira agitado– estaba preocupado por ti

Edward: ¿preocupado por mi? –se arrodilla frente a él con un semblante serio

Jacob: si –confirmó– tenía miedo de que los vulturis te hicieran algo

Edward: no pasó nada –dijo sin importancia– ¿jacob que te paso por la cabeza? –pregunto enojado– ¿porque te lanzaste sobre ese neófito así sin pensar?

Jacob: no quería que Leah muriera –ve que el semblante de Edward no suavisa– lo lamento

Edward:...–le acaricia la mejilla– no te preocupes

Jacob: al menos se que si ayude en algo –Edward sonríe ligeramente

Edward: Jacob no quiero que vuelvas hacer algo así –le suplico– no sabes lo que senti cuando escuché todos tus gritos

Jacob: te prometo que no volveré hacer tan imprudente –sonríe débil

Edward: ya tengo que irme –le agarra la mano– descansa –le besa la frente

Jacob: adios –sonrie y Edward se levanta

Edward simplemente sonrió y salió de la casa para irse de vuelta a su casa.

Un mes después

Edward: ¿13 de diciembre? –confundido

Ya había pasado un mes desde el accidente y Jacob ya estaba completamente bien y ahora mismo estaban en el campo de flores hablando sobre lo planes de su boda.

Jacob: si –asiente– un mes antes de mi cumpleaños –le recordo– no tengo que ser un año mayor que tu, Alice dijo que organizaría la boda

Edward: si –ríe divertido– seguro que lo hará –suspira y lo mira– no hay prisa

Jacob: elegí mi vida –sonríe– ya quiero vivirla

Edward: ¿entonces de veras dejaras que Alice planee todo el asunto? –pregunto no muy seguro– ¿el traje, la recepción, los invitados? ¿Imaginas a quienes va a invitar?

Jacob: ¿y eso importa? –se encoge de hombros

Edward: ¿dime porque haces esto? –se incorpora

Jacob: ¿que? –confundido– ¿la boda?

Edward: no –le acaricia la mejilla– quieres hacer felices a todo el mundo...pero tu ya estas dando demaciado

Jacob: no es cierto –suspira y se levanta– esta no fue una elección entre tu y la manada –se encoge de hombros con una leve sonrisa– fue entre quien debía ser y quien soy –agacha la cabeza– siempre me sentí incómodo dando traspiés toda la vida –niega– nunca me sentí normal...porque no lo soy...no quiero serlo –Edward simplemente lo escuchaba atentamente– e tenido que enfrentar muerte, dolor y pérdida en tu mundo pero nunca me he sentido más fuerte...mas real –se señala completo– yo mismo...porque también es mi mundo...es donde pertenezco

Edward:...–sonríe divertido– ¿entonces no es sólo por mi?

Jacob: no –rie– lo siento –se aserca– he complicado todo tratando de decidirlo –se agacha frente a el– pero quiero estar contigo de todas las maneras humanamente posibles

Edward: ¿empezando por la boda? –Jacob agacha la cabeza

Jacob: de echo –suspira– primero haré algo más difícil y posiblemente peligroso –se levanta ante la atenta mirada de confusión de Edward– hay que decirle a Billy y a la manada

Edward: eso suena arriesgado –sonríe burlón

Jacob: que bueno que corres rápido –se cruza de brazos– necesitaré ese anillo –Edward sonríe levantandose sacando el anillo de su bolsillo y agarrando la mano de Jacob con cuidado para colocarselo en el dedo anular

Jacob con una sonrisa lo abrazó por el cuello y Edward lo abrazó por la cintura.

Crepúsculo alternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora