"Monos"

Una junta extraña

Cómo cada año, el Reino Flower Fruit Mountain preparaba una gran fiesta bajo la fachada de charla política, pero todo el que iba sabía que solo era una excusa para poder beber, disfrutar y gastar dinero. Como un desorganizado acuerdo de paz entre los cuatro Reinos.

Aún faltaba mucho para la gran fiesta y cierto mono, ya se paseaba por todo el castillo emocionado, trataba de hacer tiempo para la fiesta, era como un descanso de sus responsabilidades y lo esperaba con ansias, podía compartir además de escaparse de la fiesta si él quisiera, bueno, mientras nadie lo viera pero, detalles. Nuestro querido mono estaba equivocado sobre lo que sucedería en esta fiesta, se llevaría una gran sorpresa esta vez, todo comenzando con un llamado de su padre, el rey.

— ¡No me puedes hacer esto! —se exaltó Wukong luego de escuchar incrédulo a su padre, no podía creer lo que decía, aprovecharía la oportunidad de que los cuatro Reinos estén juntos para hablar sobre la paz, ¿Justo ese día?, no podía creerlo.

— no podrías… no sé, ¿correr ese día? —volvió hablar wukong mientras jugaba en la silla, balanceándose, su padre tenía poder, ¿Por qué no solo cambiar la fecha?.

Su padre solo movía la cabeza negando.

— sabes que tenemos agendas apretadas y no es nada fácil hablar con los otros reyes —bien, eso lo entendía, según recordaba habían intentado comunicarse con el reino demoníaco, pero casi los lleva a un conflicto.

— bien —se resignó, no estaba interesado en los asuntos políticos, aun así…— Pero, ¿Por qué debo estar presente ahí? Van a haber solo viejos —mencionó mientras agarraba un papel y se ponía a jugar con él, haciendo muecas.

— ¡Wukong! —Al escuchar el grito, el nombrado terminó por caerse de la silla, su padre suspiró resignado y continuó, mientras Wukong se acomodaba en la silla.

— Por ese mismo motivo necesito que estés ahí, tal vez así puedas aprender un poco de respeto, pensé que habías aprendido algo con tu tutor.

Wukong prefirió callar en ese momento, si bien había entendido un poco de las tutorías con Tripitaka, aún tenía la costumbre de escaparse de estas y no recordaba mucho, tosió para desviar el tema.

— Bieeen, estaré ahí —resignado se dejó caer frente al escritorio aburrido, arrojando el papel algún lado.

El tiempo iba pasando, aunque comparado con unos momentos atrás, esta vez se encontraba planeando cómo escaparse de esa aburrida junta pero no venía nada a su cabeza, se rindió “tal vez en el momento se me ocurra algo". Y así llegó la noche trayendo la tan esperada fiesta, todo el castillo perfectamente decorado, adornos desde el oro al rosa y lámparas de flores que se mantenían a flote gracias a la magia, iluminaban las habitaciones además de darle un toque cálido. El techo y las afueras del castillo con enredaderas. Todo estaba muy animado, aunque la gente de cada reino se encontraba separada por gusto, estar ahí no significaba que iban a compartir con otros que no sean de su propio reino.

En el lado opuesto del castillo, se encontraban los reyes y reina conversando, papeles, tratos y bebidas iban de un lado a otro de la sala.

—Deberíamos modificar nuestro tratado, saben, tiene muchos vacíos y no es nada factible que sigamos solo esto —mencionó su padre ocultando sus nervios, el silencio era agobiante, sumando las miradas aburridas de los presentes.

— Si… ¿Realmente? Para mí es un buen tratado —habló está vez la "Reina" araña, título puesto por ella, su Reina no había hecho el amago de presentarse así que con gusto lo hizo ella, esperando la fiesta. Picaba con aburrimiento un canapé, no era lo que esperaba.

— Da libertad —completo mientras se le escapaba una sonrisa cómplice.

El rey jade solo suspiro, y así siguió la conversación, de a poco Wukong iba dejando de prestar atención aquella junta para centrarse en la fiesta que sucedía al otro lado del palacio, donde debería de estar. Empezó a mirar a su alrededor, en busca de alguna forma de salir de ahí hasta que llegó a cierto demonio, ahí, al lado de Spider queen, se veía igual de aburrido que él, pero ¿Tranquilo?, Lo había visto un par de veces en reuniones o menciones, era del Reino de las sombras, había algo en él contrario que no podía dejar de verlo, era, sentía curiosidad, ya que nunca lo había visto en las fiestas, se sobresaltó cuando el contrario lo encontró con la mirada, por inercia miro a otro lado y volvió a mirarlo de nuevo.