"Era una tarde tranquila como cualquier otra, recuerdo claramente que fue viernes.Maldita sea, odio recordarlo a la perfección,
nunca debí entrar a esa maldita casa. Cada fin de semana me quedo sola, para mi mala suerte la computadora estaba malograda, asi que lo único que me quedaba era la TV.
Toc Toc! - Ah eras tú.-Dije, era mi prima, estábamos aburridas y salimos con sus amigas a conversar afuera un rato.
Compramos gaseosas y querían jugar a las escondidas, le tenia temor a la oscuridad, creo que hasta ahora.Pero era la mayor asi que accedí.
Había un pésimo alumbrado así que -seria divertido- Pensé
Eran las 8pm. Era mi turno!
Joder no quiero quedarme sola! me decía, Pero era momento de enfrentar mi miedo, el maldito miedo que me atormentaba
desde niña, -Te encontré Maggy!
No será tan difícil, pensé.
Encontré a Johanna, mi prima, pero.. Donde se ha metido Luisa? no la encuentro.
Recordé que me falto buscar en esa aterradora casa, se veìa tan terrorífica, con cercas de madera bastante viejas, por cierto. Una antigua caseta
donde decía 'Se Vende'
Vaya que extraño. la puerta estaba junta, pregunté si alguna me quería acompañar y ambas negaron con la cabeza, malditas se habían puesto de acuerdo, estúpidas miedosas.
Usé la linterna de mi teléfono, que tenía baja la bateria, entré y sentía una rara y extraña fuerza, nada nuevo.
Veía los maniquíes antiguos, rotos con cuencas en los ojos. RING RING!
'Mierda, quien habla?'- Soy yo, por favor encuentra rápido a Luisa su mamá esta molesta porque no llega a casa. Colgó.
Jaja como si fuera mi culpa- dije. Llegué al patio y la vi. Estaba sentasa con sus brazos rodeando sus rodillas, tenía la mirada perdida.
-'TENEMOS QUE IRNOS YA! No tendremos con que alumbrar'
-Me va a matar.
Sin pensar la jalé del brazo, y salí del patio pero me percaté que ella se había quedado allí, fuiy ahí estaba,botando sangre
de la boca, su mandíbula partida, como si hubieran querido sacarle la lengua, sus ojos abiertos mirando a la nada, sus piernas arañadas y sus brazos cortados.
Vi al autor de este macabro acto, Era alto, el rostro más blanco que había visto, dientes podridos, ojos amarillos con la pulpila demasiado dilatada, sus manos eran horribles, sus uñas largas y deformes, se acerca a mí.
Se apago mi teléfono,
no pensé en nadie solo corrí y corrí
como nunca en mi vida.
LOGRE ESCAPAR!- Reía como una psicópata, según Johanna.
Me acusaron de homicidio y ahora me tienen encerrada en este maldito manicomio
NO ESTOY LOCA, ha pasado tanto tiempo, sé que volverá por mí, y por todo aquel que sepa su historia.