Betty - Alex Walter

V. Change

Capítulo 5
Las cosas cambiaran
Because these things will change, can you feel it now?

Betty.

Nos encontrábamos en la casa de los Walter con nuestro pequeño grupo de amigos. Hacía alrededor de una hora de tener la última clase de la semana.

Las risas estaban muy presentes en la conversación.

—¿Cómo va todo con tus padres? —preguntó Mateo.

Las sonrisas en ese momento desaparecieron, especialmente en mí. Era como abrir una herida la cual estaba intentando ignorar por un momento.

—Bueno, peleando —respondí dando una media sonrisa. 

—Todo se va a solucionar pronto —dijo él intentando animarme.

—Sí, eso espero —dije mientras me acostaba nuevamente en el piso. 

Mire al cielo mientras mis amigos seguían conversando algunas cosas de las cuales no estaba realmente prestando atención.

Varias notificaciones aparecieron en mi celular, eran de mi madre "Betty, vas a tardar mucho?" "Tenemos que hablar".

—Es tu madre —dijo Tamara mientras veía que mi celular se volvía a apagar.

—Sí, no tengo realmente muchas ganas de hablar con ella —dije mientras me daba vuelta para quedar viendo a mis amigos.

—¿Tienen planes para esta noche? —preguntó Kiley.

—No, en realidad —dijo Alex que se encontraba a mi lado.

—Yo digo que hagamos algo todos juntos, salgamos a cenar —propuso Tamara.

—Me parece una buena idea —dijo Mateo haciendo que los demás asintieran.

Después de unos 20 minutos decidí que era momento para por fin responderle a mi madre. "Hola, en unos minutos salgo para allá."

—Gracias por todo chicos, tengo que irme a hablar con mi madre —dije mientras me levantaba.

—Te acompaño —dijo Alex mientras empezábamos a caminar.

Pasamos por la casa y nos encontramos con dos de los hermanos de Alex y Katherine.

—Hola, chicos —dije saludando antes de seguir caminando.

—Betty, ¿ya te vas? —preguntó Katherine.

—Sí, mi madre me dijo que teníamos que hablar —dije dando una sonrisa forzada.

—Si algo llega a salir mal te recibimos con gusto —dijo ella.

—Gracias en serio —dije antes de abrazarla.

—No hay de que, Betty —dijo ella antes de abrir la puerta.