No sé sabría con exactitud cuántas horas o dias pasaron desde que llegaron a la nueva localización.
Poco a poco el Cachaco abrió sus ojos encontrándose con un lugar muy iluminado, tan brillante que podría dejarlo ciego ante tanto tiempo de estar en una celda oscura.
Cerro un rato sus ojos y luego parpadea a para poder adecuarse al nuevo sitio, al sentirse más o menos mejor con su vista.
Se encontró en una... Habitación cómoda, algo pequeña, pero que almenos tenía elementos comunes para vivir bien, una cama para una persona junto con una butaca pequeña que, parece cumplir el papel de mesita de noche.
La frente tenía un pequeño estante de libros, acompañada de un escritorio con silla de una madera algo fina.
Junto con un baño simple sin espejo pero que tenía su debida ducha, retrete y lavamanos.
-... Creo ahora si estoy muerto...- exclamó el Cachaco, levantándose para observar el lugar, aunque cayó rápidamente adolorido de sus tobillos, magullados y con grilletes que le raspan su piel a cualquier intento de levantarse.
- Ahg... Ishh, no... No estoy muerto - como pudo, se arrastró para recostarse en la pared y observar sus tobillos.
- Mierda... Espero que no se pudra la piel... - dijo asustado, observando la situación de sus pies.
- Hey! Muchacho! Tienes visita!- dijo alguien detrás de una puerta metálica de la habitación, sobre saltando a la ciudad, llenandolo de ansiedad ante quien podria entrar a su habitación.
La puerta finalmente se abrió, presentando al tan ansiado, cobarde y engañoso cafetero. De lo que se recordaba el pequeño, es que su mentor no se encontraba bien de salud, aunque a hora que lo vez se ve... No tan demacrado como le decían... ¿Que tanto tiempo había pasado dormido?
- hm... Tu rostro parece que hubiera visto un fantasma... Pero para tu sorpresa no he muerto - dijo su mentor, tomando la silla de madera y sentándose en esta con un poco de dificultad.
Sacudiendo su cabeza, la capital volvió de su estado ansioso, pero nervioso observo atento a su ex mentor.
- Un ratón te comió la lengua en estas semanas Bogotá? O porque no hablas? -
La ciudad por un momento no hablo, ya que los nervios le estaban jugando una mala pasada, y más cuando recordaba lo que pasó en su primer encuentro.
Tomando fuerzas finalmente pregunto:
- ¿C-cuanto tiempo llevo aquí?...-
- no mucho... Pero tampoco poquito, para pensar que estuvieras muerto... - respondió el mayo, mientras sacaba un cigarro de su bolsillo y lo prendia al frente del joven.
Este último, mostró una mueca de confusión y molestia.
- jajaja solo te tomo del pelo... Pero casi una semana y media... Si me diste un buen susto -
- ¡SEMANA Y MEDIA! - grito la capital
- No grites! No soy tan viejo para que me andes gritando - exclamó colombia con molestia ante el grito de su capital
- ... Pero si estás enfermo, no deberías fumar en tu condición y menos para demorarme que no te intereso ... - el joven con nervios, logro controlarlos para mostrar seriedad y frialdad ante su comentario.
Gesto que el país tomaría con sorpresa apagando el cigarro de inmediato, levantándose de su asiento, acercándose a su contrario para ponerse de cuclillas enfrente de el, colocando a su contrario en una situación de miedo que trataba de controlar pero su rostro le fallaba.
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Pais de doble cara
RandomRetomamos la época en la cual Colombia estaba cubierta por una guerra contra el narcotráfico más que todo por el Cartel de Medellin. A pesar de que toda Colombia está hundida en desesperación, sangre y violencia. Cuando su única esperanza estaba en...