Capítulo 06

10 3 0
                                    

Escuché un ruido por la ventana.  Era Mich, —si ya le había puesto ese apodo — estaba llamándome.

—Enana , ábreme —dijo desde abajo.

—Voy. —le dije abriendo la ventana.

Bueno llevábamos unas semanas de novios , pero mi padre no lo sabía. No quería que lo arruinara todo. Por eso nos veíamos a escondidas.

—Sube —le dije mientras el intentaba  subir .

—Ya voy .

Cuando ya estuvo arriba , me dio un beso que me erizó la piel. —Hola , enana .—me dijo al separase de mi.

—Hola Mich —le dije amorosamente.

                             ***

Un mes antes:

Estábamos en mi casa solo Michael y yo.  El me estaba ayudando a preparar la cena .

—Oye , ¿me puedes alcanzar la sal?—le pregunté poniéndome de puntillas para ver si alcanzaba.

—Si , espera. —cuando estuvo detrás de mi solo estiró el brazo y ya tenía la sal en sus manos.

—No es justo.—dije yo cruzandome de brazos.

—Que , que seas una enana. —me dijo burlándose de mi.

—No me llames enana — dije como una niña de cinco años.

Y bueno definitivamente como vio que eso me molestaba , continuó disiendomelo todos los malditos días.  Y me cabreaba la verdad , pero con el tiempo me fui acostumbrando .

                              ***
   

De vuelta a la noche en la que Michael se subió por mi ventana.

Bueno esa noche vimos películas de terror,  la verdad es que estaba aterrorizada con aquella maldita muñeca diabólica.  Era horrible.

—¿¡Ah esa niña esta loca , no ve lo horrible que esta esa muñeca!?—exclamé muerta del miedo.

—Oye si esas cosas no ocurrieran no habría película .

De un momento a otro la muñeca se lanzó encima de la niña.  Y yo encima de Mich— pero para abrazarlo no para atacarlo como la muñeca a la niña—y el solo sonreía.

—¿!Te estas burlando de mi!?—le pregunté totalmente ofendida al ver su sonrisa burlona.

—Es que no me puedo creer que le tengas miedo a una simple muñeca.

—Como que una simple muñeca, ¿no ves lo terrorífica que es?—Le dije muy obvia.

El solo sonrió y dijo:

—Continuemos viendo la película.  Quiero ver que pasa al final.

Yo no podría seguir viendo eso. Era horrible.

Así que tome el mando y apagué el televisor.

—¿Pero que haces?—me dijo riéndose y tratando de recuperar el mando.

—No quiero ver más películas de terror en mi vida. Terminaré con serios problemas psicológicos.

—Más de los que tienes —se burlo.

—No. Más de los que tienes tu quizás. —le dije . Lo que me faltaba para enojarme era nada.

—Sofía. —dijo mi padre al otro lado de la puerta. Ante la voz de mi padre Michael se cayó de la cama por el susto , y yo ahogue  una carcajada —¿Estas bien?

Más allá del mar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora