Capítulo 07

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La amé tanto que en lugar de flores le regalaba libros. Porque las flores duran unos cuantos días, pero un buen libro es para toda la vida.

- Albert Einstein


Muy bien estaba preparando todo para esa noche en mi cabeza mientras caminaba para mi casa.

Al llegar:

—Hija, menos mal que llegaste antes de que me fuera.

—Irte ¿a donde?—actúe como si no lo supiera.

—Tengo un viaje de imprevisto a Camnia —osea a mi antigua ciudad.

Se que tenía planeado hacer una pijamada con Sarah y Michael, pero, extrañaba mucho mi ciudad natal.

Y si... no mejor no,ya tenía algo planeado y no podía retractarme. Iré otro día y con Michael, así le enseñaría mi antigua casa,el parque donde solía jugar con mi madre, mi antigua escuela, en fin,toda la ciudad. Camnia era bella ,es bella y quería enseñarle todo eso a Mich.

—Bueno esta bien. Mándale saludos a Amanda.

Amanda era una gran amiga de la infancia. Y le tenía mucho aprecio.

—Está bien. Regreso el jueves ,hasta entonces —se despidió dándome un beso en la frente.

A las seis de la noche estaba preparando la cena cuando suena el timbre.

—!Voy!

—Hola , hola —dijo Sarah al instante en el que abrí la puerta y Michael estaba detrás de ella.

—Hola amiga.—le dije abrazándola.

—¿Y yo que?—dijo Mich con un puchero.

—Mi amor.—le dije extendiendo los brazos hacia el para abrazarlo y depositar un beso en sus labios.

Entraron y como les había dicho antes ,con mucha comida Sarah traía unos buñuelos que se veían deliciosos, botellas de Coca-Cola ,paquetes de chocolate y cereal para el desayuno del día siguiente.

En cambio Mich traía pizza de queso. Hamburguesas y pollo frito. Todo para engordar unos tres kilos en una noche.

Y yo había cocinado para la cena spaguettis a la Sofía. Mi especialidad.

—Mhm que bien huele —dijo Michael al entrar.

—¿Qué cocinaste?—me preguntó Sarah.

—Spaguettis.

Más tarde ya habíamos terminado de cenar. Según Sarah me había quedado exquisito.

Estábamos en mi habitación viendo películas y comiendo todo lo que habían traído.

—Voy a explotar. —dije sobandome el estómago.

Estaba repleta no me cabía más comida.

—Claro si has comido más que yo ,y eso es mucho decir.—dijo Michael burlón. El también había comido bastante, pero parecía estar como si nada.

—Bueno eso es cierto.—opinó Sarah que estaba acostada en la cama.

—Me gusta que me apoyes "amiga"—le dije como broma.

—Solo digo lo que veo.

Michael solo reía como si estuviera viendo una comedia en nuestra pequeña conversación.

—¿Y tu de que te ríes?—pregunté dirigiéndome a él.

—De su ridícula discusión. Chicas, tienen dieciséis años no cinco. —nos dijo aún riéndose.

Más allá del mar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora