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Christopher, con su mirada fuerte y penetrante, contemplaba el océano en la noche

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Christopher, con su mirada fuerte y penetrante, contemplaba el océano en la noche. La luna se reflejaba en las aguas, y solo seis personas permanecían despiertas en el barco, aparte del timonel mientras Chris descansaba.

Tarareaba una canción de cuna, una melodía hermosa que solía oír. De repente, alguien lo llamó:

—¡Capitán!

Chris giró sus ojos sin mover el resto de su rostro, sus ojos fijos en la dirección del llamado.

—Tierra a la vista.

Con voz fría, ordenó:

—Dirige el barco hacia allá.

4 años habían pasado desde que comenzaron la búsqueda de las riquezas de Altanasia. 4 años explorando reinos potenciales, pero aún no habían encontrado nada.

Christopher sabía que si pasaba otro año sin éxito, las consecuencias serían graves.

A pesar de ser el único humano normal en la tripulación, él era el capitán, y todos obedecían sus órdenes. Pero...

¿Por qué?

¿Qué lo impulsaba a seguir?

La cicatriz en forma de cruz junto a su ojo derecho se intensificaba con el tiempo, especialmente durante las noches de luna llena. El dolor era insoportable.

Horas después, se acercaban al reino...

...

—Hyunjin...solo tienes que seguir ese camino amarillo recto que lleva directamente a la capital, no te desvies..yo me quedaré en esta entrada hasta que vuelvas al medio día.

Ellenor había ayudado a Hyunjin a bajar por la ventana y lo llevo a un pequeño tunel que ella había estado construyendo por el largo de los años que la ayudaría a irse de allí.

—Cuando vuelvas tendremos que hablar sobre algo, pero primero ve y se libre.

Hyunjin beso su pequeña mejilla y luego emprendió camino.

Camino por un largo rato..

En el camino se encontró un grupo de luciérnagas y estaba encantado, también vio flores que siempre había observado con anhelo por las imágenes de los libros de pociones.

Miró a los árboles color rosa, y al cielo que se veía mucho mejor que desde su ventana.

Estuvo muy entretenido, incluso vió el amanecer en la punta de la colina mientras llegaba a la capital.

—Es realmente... maravilloso...—Dijo mientras sus ojos desprendían un brillo infinito—. Me gustaría capturar este momento en una gran pintura...

Típico de él, hablar consigo mismo en voz alta...

Sonrió y corrió colina abajo mientras sentía la fresca brisa en su piel y el viento en su cabello, corría como si fuera la primera vez, corría...corría repleto de felicidad...

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐿𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora