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Recorro los pasillos de la empresa grabándome todo lo que pueda. Saludo tímidamente a mis compañeros de trabajo, recibiendo uno que otro saludo de vuelta. Me detengo cuando el olor a café recién colado golpea mis fosas nasales, me giro sobre mi propio eje buscando el lugar de donde proviene dicho olor encontrándome una pequeña área designada a ser la cafetería de la empresa.

A pasos inseguros camino hasta dicho lugar preguntándome internamente si no hay algún problema de que yo me sirva una taza de café. Analizo el rostro de las personas que están presentes buscando algún indicio de que les moleste mi presencia pero cada uno está metido en lo suyo por lo que rápidamente soy ignorada, tomo una taza de la gaveta de madera y doy dos pasos en dirección a la cafetera para servirme un poco del líquido marrón que tanto me gusta.

_ tú debes ser la nueva.

Toma la taza con las dos manos para girar y observar a la chica que tiene la mitad de su cuerpo recostado del pequeño mesón y entre sus manos también tiene una taza de café, esta me está sonriendo por lo que yo decido imitar el acto, ante su afirmación.

_ Si.- aseguro.- Estoy conociendo el lugar.

_ lo noté desde el momento en que dudaste para servirte una taza de café... Lo primero que debes saber aquí, es que nadie está pendiente de nadie, así que si te provoca una taza de café, solo tómala.

_ lo tendré en cuenta. Soy Kendra, por cierto.

Extiendo mi mano hacia ella en ese típico acto que hacen las personas cuando están conociendo a otras, obteniendo que está estreche mi mano de vuelta.

_ soy Jessica, secretaria y tú?

_ administradora.

Esto se baja del mesón y me hace señas de que la siga, dudo un momento en ir detrás de ella porque no sé si tengo permitido llevarme la taza conmigo. Pero eso queda de lado cuando ella me observa por encima de su hombro notando que no la sigo, por lo que estira su mano para tomar la mía y halarme para que la siga.

_ no tienes cara de ser una persona insegura pero actúas como una... Eso es muy curioso, no te parece?

Inconscientemente me tenso ante sus palabras porque no puede estar más alejada de la razón.

_ bien, dicen que la curiosidad mató al gato.

_ pero, murió sabiendo.

Esta me guiña un ojo y no puedo evitar reír, recorremos los pasillos de la empresa los cuales mientras más los recorro más eternos se vuelven. Parece que estuviera metida en un videojuego y mientras voy pasando de nivel otros se van desbloqueando.

_ hay muchas áreas de la empresa que no están disponibles.

Está cruza por el pasillo soltando mi mano en el proceso, mi curiosidad se despierta por lo que no puedo evitar echar un vistazo hacia el área que ahora se encuentra cerrada, pero que a simple vista no parece tener ningún fallo.

_ Por qué no están disponibles?

_ En realidad, hace unas semanas se nos permitía el acceso,  pero... De un momento a otro lo cerraron y no nos informaron el por qué, seguro van hacerle remodelaciones o por lo menos eso es lo que todos creemos.

Esta se encoge de hombros despertando más, mi curiosidad. Luego de ese pequeño recorrido terminamos volviendo a la cafetería improvisada, dejo la taza vacía en el mesón y me giro para enfrentar a mi acompañante quien tiene las manos en los bolsillos de su pantalón en un movimiento que conozco perfectamente porque muchas veces lo he hecho.

Incomodidad por el siguiente paso.

_ Debo confesar que me gusta aquí, ahora ya entiendo las palabras de mi esposo.

Inestable (#2 Bilogía Emocional)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora