-Te amo, Rune.
Por supuesto, aquello no lo sabía.
Calix observó desde lejos, sentado desde su trono, al joven mago que se encontraba en una esquina del salón de baile, sosteniendo un gran libro entre sus brazos mientras le sonreía cálidamente a un hermoso noble delante de él.
Rune estaba enamorado de ese noble.
El Gran salón estaba muy animado, los nobles danzaban cómo flores cayendo con el viento y la música fluía suavemente por los pasillos del Palacio, sin embargo, el corazón del ser más poderoso en aquel lugar estaba nublado. Los ojos dorados de Calix resplandecían levemente con la luz del candelabro, mientras que su mirada estaba puesta en el joven mago cuyo rostro sonrojado se notaba visiblemente.
Con un extraño sentimiento de melancolía, Calix suspiró profundamente y se levantó de su trono, mirando hacia todos los nobles.
-Hoy es un día de regocijo y celebridad, por lo cuál, los invito a disfrutar de este banquete todo el tiempo que quieran. Mis leales súbditos, ¡Los bendigo para que gocen de una maravillosa noche!.-
Sintiendo las miradas en él, Calix se dió la vuelta y caminó a pasos enormes fuera del salón.
Cansado, se dirigió hacia el balcón de la habitación más cercana y agarró firmemente la barandilla, dejando escapar un ligero grito de dolor. En ese momento, la puerta se abrió rápidamente, dejando entrar a Rune, quién rápidamente se acercó al Emperador con una mueca de preocupación y ansiedad en su rostro.
-¡Majestad...!, ¿Se encuentra bien...le duele en algún lugar?.-
Calix no respondió.
Por supuesto que no. Sí él le dijera que, debido a que Rune estaba enamorado de aquel noble, él estaba sufriendo...
Ver a Rune mirarlo cómo un loco le dolería aún más.
Al notar que el contrario no le respondía, el joven mago se preocupó aún más.
-Llamaré al médico imperial...No, ¡Majestad, permítame usar magia curativa para tratarlo!.-
En el Imperio, era bien sabido que un mago no podría usar libremente la magia con la familia imperial. Aquellos que desobedecían esa orden, eran castigados en la mazmorra y no se volvía a saber de ellos.
Por otro lado, Calix lo miró fijamente, antes de negar.
-No es necesario. Vete de vuelta al salón.-
No quiso sonar rudo.
Calix observó la atónita expresión de Rune, antes de pasar por su lado y dirigirse a su habitación. Un frío y desalentador sentimiento se pegó a él, y Calix no tuvo más opción que ignorarlo.
(....)
El emperador observó el reloj en su habitación, bajando nuevamente su mirada hacia cierto informe que había recibido recientemente, la misma noche del banquete.
Minutos después de marcharse del balcón.
-Él...debe haberse sentido ofendido...-
Después de todo, ignoró su preocupación.
Calix tocó el área de su corazón, y cerró un momento los ojos.
Estaba enamorado. De Rune.
Sin embargo, Rune se casaría dentro de unos meses, con aquel noble del banquete...
Pensando en ello, de alguna manera, Calix se molestó.
Pero no tenía un porqué. Rune no lo amaba cómo él lo amaba, ni siquiera eran pareja y solamente se conocían por trabajo...No había manera que Rune, quién solía pasar todo su tiempo con ese noble, le amará a él, un inútil Emperador que no pudo ni siquiera salvar a su madre.
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¡Please, be mine, Majesty!
Roman d'amourCalix ha estado enamorado toda su vida de Rune. ¡Sin embargo, él amaba a otra persona y estaba a punto de casarse! Aún así, deseando ver a Rune feliz con aquellos a quiénes amaba, Calix le dejó ir con una sonrisa en el rostro. Entonces, un día, se d...