The Warrior Reborn: The Search For The Chosen Ones.

I

Entre los arbustos de bambú se encontraba el joven comandante Wü del ejército de la sombra del príncipe Zhang, no podría creer que dicho príncipe lo traicionara y lo entregara al valle de las rosas, mientras esperaba la muerte una extraña luz cubrió toda la montaña cubriéndola de una blanca luminiscencia muy inquietante, Wü cerró los ojos por tal luz cegadora al volverlos a abrir se encontró en un extraño cuarto blanco, por costumbre llevó su mano a su katana y se puso alerta por cualquier emboscada.

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Huang ZiTao es el séptimo hijo del emperador Huang y de la tercera concubina Wang, no es el menor de los príncipes, de hecho es uno de los mayores, esa vendría siendo la quinceava princesa, hija de la emperatriz Liu, esto quiere decir que tiene que cuidarse de catorce hermanos, tiene que cuidar lo que come, lo que bebe, la ropa que usa, las orquídeas adornando su cabello, todo a su alrededor podría ser alterado y morirá envenenado, cuando sale debe hacerlo con escolta, aunque es bueno pelando, no es bueno empuñando una espada, razón por qué a perdido sesenta y nueve guardias, quien dieron su vida a su seguridad, el nunca había pedido el trono, odiaba la idea de ser emperador, el quería encontrar un gran hombre, si, sabe las consecuencias y las quiere tomar.

cuando reacciono lo hizo vomitando, su boca sabía a sangre, al mirar al rededor estaba en el palacio de jade, aunque las paredes blancas tan puras lo hizo templar de miedo, ¿que había pasado, acaso al final murió envenenado?

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Agitado mira a su alrededor, intentaba reconocer en qué área del bosque se encontraba, con dificultad se arrastró a una cueva sercan dónde se quitó la máscara del rostro lanzando la lejos, con manos temblorosas tomo la daga a su costado tirando de, ella grito de dolor, era increíble volver a sentirlo después de tantos años, aún así no podía permitirse disfrutarlo, el iba a morir y estaba de acuerdo, merecía morir después de tantos siglos, aunque había luchado y protegido a los humanos, no quería ovación, no buscaba riqueza, solo pedía una muerte y está le llegó, miro como la herida no cerraba, al contrario parecía infectarse, lo que ocasionó que soltará una risa, tocó la sangre casi negra volviendo a hacerlo reír, las balas ni las flechas lo habían podido matar, pero si lo hiso una daga con veneno, recargo su cabeza en la piedra soltando un suspiro relajado, hoy moriría el sombrero azul, el bandido y líder del gremio de "los asesinos", hoy morirá el único vampiro que el sacerdote apunto, el único vampiro que en realidad lo era.

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La hermosa mujer miraba al pequeño niño que sus hermanos profetizaron como su maestro, salto de la torre en cuanto los humanos se fueron, miro al chico con desconfianza negando con su cabeza, se negaba a servir a tal ser inferior. Al pasar los años, el mocoso termino ganando su cariño, descubrió que el chico podía verla y hablarle, para el niño ella era la madre que le fue arrebatada, vio toda su vida, estuvo a su lado cuando se enamoró, cuando se casó, lo vio cargando a su hijo.

Le fue difícil verlo morir al ser traicionado por quienes juraron amarlo, al verlo caer inserte en el suelo, le hizo tomar una decisión, alteraría el tiempo para darle otra oportunidad y así su maestro pueda ser digno de su poder, pero para eso debía traer a aquellos guerreros más poderosos que avisto en las tres dimensiones.

Ella sabía que se metería en problemas con sus hermanos, pero no podía dejar al hombre que vio crecer, luchar y morir por las falsas acusaciónes de aquellos que debieron protegerlo, se inclinó tomando al hombre entre sus brazos, desapareciendo del bosque.