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El sonido del timbre me había despertado, me levanté y al mirar por la puerta principal noté que Mia se encontraba justo ahí, como si esperara pacientemente desde hace rato.

-Ellie, si estas ahí solo quería decirte que hay unos chicos buscándote.- dijo ella.

Su respuesta me había sorprendido bastante, ¿qué hacían los chicos de ayer en el edificio?

-Ah, si, ¿algo pasa?- respondí.

-Dicen que te vinieron a visitar o algo así.- respondió ella.

¿Visitarme? ¿Y con estas pintas que llevo?

-Diles que pueden pasar.- dije algo nerviosa.

Me apresuré a ordenar un poco la sala, mientras lo hacía escuché el timbre sonar de nuevo. Ay dios. Corrí un momento al baño y encendí la ducha.

-¡Ya voy! ¡Me estoy bañando!- dije para que los chicos escucharan y poder hacer algo de tiempo.

Aproveché a bañarme lo más rápido posible, hasta que escuché como la puerta principal se abría y como los chicos entraban. Mia, te quiero, pero esta vez pensaste mal. Uno de los chicos tocó la puerta del baño, lo que escuché fue una calmada voz venir detrás de esta.

-Ellie, soy Cliff, tu amiga nos dijo que podíamos pasar y nos abrió la puerta.-

-¡En un momento salgo!-

Terminé de bañarme y me coloque una bata para salir, mi pelo mojado caía por mis hombros. Me peine y abrí la puerta un poco para asomarme a la sala. Vi a Winston siendo el centro de atención acostado en la alfombra, mientras que James lo veía con una gran sonrisa en el rostro, por otro lado Kirk y Lars estaban explorando mi librero y la sala; y por último, Cliff estaba hojeando mi cuadernillo de dibujo que había dejado la noche anterior.

-¿Y al final encontraste tus medias?- preguntó el danés a Kirk.

-Si, estaban debajo de tu cama.- respondió Kirk.

El danés solo se molesto a mirarlo extrañado. Noté que cada uno estaba en lo suyo y aproveché para ir corriendo a mi habitación a cambiarme, llegué y empecé a sacar la ropa que me iba a poner. Mientras me alistaba escuché que tocaban la puerta, otra vez.

-¿Ellie? ¿Estas ahí?- la dulce voz de James se escuchaba detrás de la puerta.

-Si, ¿que pasa?- respondí mientras terminaba de alistarme.

-Parece que Winston te extraña aquí, del otro lado de la puerta.- dijo James y me imagine como una sonrisa se formaba en su rostro, una de las que el solo sabía dar.

-Ya salgo.- respondí.

Me peine el pelo y di una última revisada antes de salir, cuando salí efectivamente Winston estaba ahí esperándome y se le veía muy contento al verme, este se dirigió otra vez a la alfombra y al levantar la mirada, crucé miradas con James haciendo que los dos las separaramos al instante. Seguí a Winston a la sala y me senté en el sofá que se encontraba al frente de James.

-¿Y que los trae por aquí?- pregunté.

-A robarte a Winston.- dijo Kirk.

Lo volví a ver algo ofendida por su respuesta. Winston podrá ser algo estresante, pero eso no le quita lo lindo.

-En realidad vinimos nada más para pasar el rato. No tenemos nada mejor que hacer y Lars rompió su bateria.- dijo Cliff.

La mirada de Lars se convirtió en una combinación entre enojo y vergüenza.

-¿De acuerdo? ¿Quisieran algo para comer o...?- dije mientras iba a dirigirme hacia mi cocina.

-No, estamos bien, gracias, Ellie.- respondió el danés.

Los chicos se quedaron hasta las 6 de la tarde en mi apartamento. La pasamos bien. Hablé con los chicos un rato cada uno para irnos conociendo más. Lars me hizo algunas preguntas de información básica, como: ¿Color favorito? Dije azul ya que esa era mi respuesta desde hace años. ¿Comida favorita? Me costó responderla, pero al final dije pasta, en general. Y así hablé con el por unos 20 minutos, bombardeandome con preguntas. Con James fue diferente, igual con preguntas, pero el parecía que me quería conocer más fondo. Por ejemplo: ¿De que trabajan tus papás? Mi papá era fotógrafo y pintor, el convirtió sus hobbies en sus trabajos, y mi mamá era abogada. El solo asintió y me miró fijamente mientras respondía a su pregunta, la otra fue algo como: ¿Que fue algo que siempre quisiste y nunca pudiste tener? La pregunta fue difícil, me tomé el tiempo de pensar una vuela respuesta, ya que en mi niñez mis padres se preocupaban de hasta la más mínima y estúpida necesidad mía. Al final respondí: "Que me dediquen o me compongan una canción." Respondí. El solo me dedicó una sonrisa de las que solo él sabe dar.

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Un mes había pasado y me encontraba leyendo un libro que encontré mientras reordenaba mi habitación. Winston estaba durmiendo en la alfombra de siempre. Dejé de leer con mi cerebro y mis ojos se posaron en la mochila que había preparado dos días antes, para aquella dichosa gira a la cual me habían invitado los chicos. Dejé el libro en una mesita cercana y me fui a arreglar. Supuestamente dentro de como 20 minutos los chicos vendrían a recogerme. Al levantarme Winston se levantó de aquel sueño que estaba teniendo, ya que desde hace rato venía moviendo la cola.

-¿Qué estabas soñando? ¿eh, Winston?- le dije al San bernardo mientras me dirigía a mi habitación.

El se detuvo de inmediato y volteó a ver al lugar donde los chicos siempre se sentaban, Winston veía un lugar fijo y empezó a mover la cola cada vez que ve a James.

-¿Emocionado por hoy, Winston?-

El San bernardo sólo volvió a ver con la lengua afuera y continuó siguiendo me hacía mi habitación. Revisé que todo estuviera en su lugar y que no me faltara nada en la mochila, cuando escuché alguien tocar la dichosa puerta. Me apresuré a abrirla y me encontré a James y Cliff esperando, Cliff con su cigarro de siempre y James con los mismos zapatos rotos.

-Hola, Ellie.- dijo Cliff.

-¿Ya estas lista?- dijo Cliff.

-Sip, solo tengo que llevar una mochila.- respondí.

Esa mochila aunque no me crean parece el bolso de Mary Poppins. (Pero no lo es)

Fui a por la mochila y la correa de Winston. Cuando se la coloqué, James se ofreció a llevarlo adentro del autobús donde íbamos a viajar, mientras yo solo cargaba esa mochila y Cliff nos seguía detrás.

El bus era algo inusual por fuera, pero por dentro parecía más grande y espacioso.

Cuando ya nos acomodamos, me senté en una de las mesas que habían ahí junto a la ventana y saqué el libro que estaba leyendo hace rato, mientras que Lars, Kirk y Cliff mataban el tiempo jugando a las cartas, James se me acercó y se sentó al frente mio.

-¿De que es tu libro?- preguntó con una voz calmada.

-Un romance de adicciones. Mi padre me lo dio en navidad hace un año.- respondí y volví a posar mis ojos en el libro.

-¿Adicciones?- preguntó James.

-Más bien como: "Soy adicta a tus labios." O cosas así por el estilo; o también a las drogas y esas cosas.- respondí aún sin quitar la vista del libro que leía.

-¿Crees que algún día te pasará algo así?- preguntó mientras posaba sus brazos sobre la mesa.

-Tal vez, ojalá.- dije entre sonrisas.

Cuando terminé esa oración y levanté la mirada James se había unido al juego de cartas que estaban haciendo los chicos, ya que, ya casi era de noche y estos apostaban sus camas en cada gira que hacían.

Habían dos camas extras, entonces me levanté de aquella mesa y me dirigí a donde había dejado mi mochila hace rato (sobre la cama que usaría por casi 3 semanas) y guardé mi libro dentro de esta. Los chicos se iban a quedar jugando un rato más, pero para mi el sueño ya había conquistado mi cuerpo y me fui a dormir.

Dogs ; James Hetfield.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora