Semana cuatro

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El nivel de emoción de ambas Kim estaba por las nubes.

Anoche, durante una nueva video llamada, la pelinegra les enseñó con una gran sonrisa y pequeñas arruguitas a los costados de sus ojos, su retiro firmado y les confirmó que en cuatro días estaría de regreso.

Haerin no entendía muy bien la parte del retiro firmado, pero sí comprendió a la perfección que Lisa estaría nuevamente con ellas en pocos días.

Desde entonces la castañita había preguntado unas quince veces si Lisa ya estaba en casa.

Sí, Jennie las contó.

Y no se encontraba en una mejor situación. Varias veces se dirigió hacia el ventanal del departamento para ver si, por esas casualidades, Lisa regresaba antes.

Algo prácticamente imposible, pero no perdía las esperanzas.

Estos días serían solo Jennie y Haerin ya que el resto de chicas estarían ocupadas en la tienda trabajando en unas reformas que debían hacer. Jen insistió en ir a ayudar, mas se lo negaron objetado que en pocos días Lisa estaría de regreso y debía esperarla relajada y no preocupada por cosas que ellas podían manejar a la perfección.

La castaña solo esperaba que no le llamaran avisando que hicieron explotar la tienda o algo así.

No exageraba, una vez estuvo a punto de suceder.

Así que, junto a Haerin, decidieron organizar una pequeña agenda de actividades para estos cuatro días aprovechando que tenía suficiente tiempo libre sin tener que estar ordenando el departamento cada cinco minutos por el desastre que eran capaces de hacer sus amigas.

Para hoy tenían organizado un pequeño picnic en el parque.

Jen poseía la emoción de una niña mientras preparaba cada cosa, hoy sería la primera vez que llevaría a Haerin al parque y eso la entusiasmaba muchísimo.

El día estaba a su favor ya que la temperatura estaba lo suficientemente alta para que la pequeña llevara unos pantalones cortos y una remera mangas cortas.

Mientras se arreglaban, jugaron un poco con el protector solar comenzando con unas manchitas blancas sobre la punta de sus narices y terminando con sus caras completamente blancas por exceso de producto.

Cada una llevaba casi la mitad del contenido del protector solar en sus caras por lo que una vez que terminaron de reír, la mayor se encargó de quitarles el exceso a ambas.

Encontró un pequeño sombrero para Haerin y uno para ella. Buscaron sus mochilas, cada una llevando cosas importantes; Jennie lo necesario para sobrevivir incluso un par de días afuera de casa y Haerin una pequeña selección ‐hecha por ella misma‐ de sus juguetes y el frasco de comida para peces que Jisoo le compró.

Jennie solo se limitó a empacar lo que la gatita pedía sin hacer objeción alguna.

Y finalmente cuando estuvieron listas, con todo preparado y con el entusiasmo por las nubes, salieron del departamento con dirección a su primera vez en el parque.

Y finalmente cuando estuvieron listas, con todo preparado y con el entusiasmo por las nubes, salieron del departamento con dirección a su primera vez en el parque

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Sweet sweet home | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora