Cap. 2

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Desperté por mi madre haciendo ruido en la cocina, baje para ver qué sucedía, no debí de hacerlo por qué me pidió ir a una tienda de conveniencia por un par de cosas, acepte por qué está parecía irritada y no quería salir castigado sobre todo por qué me regaño por haber llegado en la madrugada por andar con mi banda o como ella los llama "tus amigos drogadictos" fui con el pantalón del uniforme y la camisa de la pijama, medio dormido y despeinado únicamente con la lista que me dió mi madre, tome las cosas, a la hora de pagar enfoque una diversidad de Mochis, tome tres de diferentes sabores, uno de ellos de fresa.

Volví a casa comiendo uno mientras me sentaba en la sala, no recuerdo en que momento mis ojos se cerraron, solo recuerdo a fuyumi agitandome por los hombros, faltaban 15 minutos para irnos, me vesti rápidamente y me peine en el coche, justamente el chófer conducio lento a propósito y lento después de dejar a fuyumi, natsuo y touya en sus respectivas escuelas y trabajos, el viejo me odiaba por alguna razón, todos los mayores me odian por alguna razón, supongo que me tienen envidia por ser guapo y sin signos de calvicie, algunos dicen que es por qué soy del diablo pero es clara su envidia hacia mi hermoso ser.

Entre a mi salón algo tarde y aún medio dormido, no me preocupe por mi tardanza, el profesor siempre llegaba tarde o estaba durmiendo en el salón, incluso me senté a comer los Mochis que había comprado cuando estaba por comer el segundo note que mi rubio me veía de reojo, más bien a mi mochi, específicamente al de fresa, le lo tendí con una sonrisa, lo vio fijamente, sus ojos parecieron iluminarse, es adorable, lo tomo y lo comió con las mejillas teñidas de rosa, parece que le gustan mucho los dulces, aunque el ceño fruncido seguía en su rostro.

Era receso cuando recordé el plan c; darle una carta, corri al salón a escribirla desconcertando a mis amigos, quedó linda, era algo impovisada en una hoja de cuadernos pero con linda caligrafía y corazones rojos, recordé su expresión con el mochi y dibuje una pequeña fresa en la esquina de la nota, se puse nervioso, deci darsela en la salida.

Pasaron las clases y sonó el amado timbre que indicaba la salida, alcance a bakugou cuando estuvo por salir de la escuela, el volteo.

—No, no inhalo hormigas— quedé petrificado por dentro pero por fuera me mantenía sereno en especial al notar sus brakets.

—Nuevo color, eh, el naranja te queda bien, resalta la blancura de tus dientes y te hace ver ardiente— dije sin pensar, se notó, instantáneamente me ruborize, le había dicho ardiente al chico con el que apenas somos amigos, el se quedó quieto con la cara completamente roja y cubriendo su boca con un brazo.

Antes de soltar otra estupidez o que el me respondiera dejando mi ego en el suelo saque la carta del bolsillo, se la di evitando el contacto visual y me fui, justo había llegado el chófer, por fin hacia algo que me favorecía, entre casi volando al auto y emocionado, al menos había dicho algo ligeramente coherente.

Llegué a casa quitándome el uniforme y tumbandome en cama con el teléfono, al poco rato me llegó un dm de bakugou por Instagram, casi pego un grito hasta que lo abrí.

dynamite
"Por qué mierda me diste tu lista de compras?"

Morí internamente cuando ví que envío una foto de la lista de compras que me había dado mi mamá en la mañana, tarde 10 minutos en contestarle y solo le dije que me había equivocado.

Strawberry boy || TodoBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora