POV: Teresa Nallely
Puta madre wey, ya son las 2 de la tarde y apenas estoy saliendo de Josephinos, y mi turno no hubiera estado tan de la verga si la inútil de Adriana no se hubiera hecho pendeja durante todo su turno. Me cagan esas personas, esperan que la vida se la resuelvan los demás y no se esfuerzan ni un poco, todo es culpa del sistema y de los sindicatos.Apenas cruzo la calle y ya me da hueva nada más ver que hay un chingo de gente, otra vez manifestantes. ¿Ahora por qué mamada se están peleando?
Mientras más me acerco, empiezo a poder leer las pancartas de los trabajadores de PEMEX quejándose de que les quitaran sus privilegios y mi queja sigue siendo la misma: PINCHES SINDICATOS. Ahora resulta que quitarles los privilegios es dejarlos en la calle, deberían agradecer que tienen trabajo considerando que viven en este pinche país.
La verdad es que qué esperan, ¿Qué el gobernador fosfo-fosfo salga y les solucione la vida? Lo único que estan logrando es mandar a la chingada la vialidad y hacer que otra vez llegue tarde. Este día no podría ser peor.
- ¡Hola, compañera trabajadora! ¿Ayudarías a estos humildes obreros firmando para que no pierdan sus derechos sindicales? - Me dijo un pinche fachoso con delirios de morenista.
- ¿Sindicatos, en serio? Ay por favor. Bueno, ¿a ti que te estan quitando o qué?-Pues, así como que me hayan quitado a mí, pues no... porque ni trabajo en PEMEX, pero iba pasando y me dijeron que, si quería apoyar, y yo creo fielmente que siempre hay que apoyar a los trabajadores. Son los que han formado al país en una nación integra, son por estas personas que se ha formado el Mexica que conocemos. - Sonaron trompetas y tambores cuando habló.
- No, no te confundas. El país no se construye con huevones peleando por derechos, lo hacen las personas que si van a trabajar y no estan perdiendo el tiempo en la pinche macro. - Cuando retomo mi camino a la estación del metro solo escucho como me grita "pinche vieja blanca privilegiada" y otros insultos que no pude escuchar porque se empezó a escuchar "The man" de Taylor Swift.--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Al llegar a la cafetería de FIC, mientras hacía fila por mis chilaquiles de todos los días me tope a mi amiga Dianita, una güera muy simpática de filosofía, mi chamaque de filo. Aunque soy una culera con el 99% del mundo, quiero mucho a mi amiga Dianita, pero, como no amarla? Es de esas morras que le caen bien a todo el mundo, real a todo el mundo.
- ¡Hola Nalle! ¿Y eso que te ves más enojada de lo normal?
-Pues ya ves, me pelee con un pendejo en la macro. Pero bueno, de hecho, tú te ves mucho más alegre de lo normal.
-Pues sí, es que el amor embellece a las personas, justo hoy hice match con un chacal en Tinder. Te quería venir a invitar hoy a la cita doble que acabamos de organizar. - Todavía no terminaba de negar con la cabeza cuando ella ya estaba insistiendo. - ¡Ándale! Además, si se ve muy chacal, además los secuestros estan muy feos. ¿Qué tal si no termina siendo mi romeo?
-Pues es tu pinche culpa que te gusta puro de Apodafrica... pero bueno, está bien. Te acompaño.Nos quedamos de ver a las 10 de la noche en Mariscos Yucatán y los nervios me estaban comiendo viva. Llegue con Dianita al lugar con unos diez minutos de antelación ya que en mi casa simplemente no me podía quedar quieta, al bajarnos de su Sedan grisáceo abollado sus ojos se agrandaron como platos al ver el pinche lugar de mala muerte al que me hizo venir mi mejor amiga... estaba en una calle llena de baches y con las banquetas rotas, mala iluminación y unas mesas de Coca-Cola rojas distribuidas por donde parecía ser la cochera adaptada de una casa, el humo de las parrillas no dejaba ver ni si quiera el segundo piso en obra negra de esta, adornado con un aroma requemado a pescado que lo único que tenia de fresco era la hielera en la que lo guardaban. Perturbador (en el sentido anglosajón de la palabra) para la salubridad.
Después de sentarnos en una esquina se nos acercó una mesera como de unos 16 años a ofrecernos de tomar. Pedimos dos miches, pero de los nervios no me tome ni dos tragos en los quince minutos que estos dos nos hicieron esperar.
Con aburrimiento después de la mi mirada a la entrada y veo entrar al chacal apodaquense de mi amiga acompañado del pendejo comunista de la macro.
- ¿Y tú qué haces aquí? - Dijimos al unísono....Continuará, tal vez, probablemente.
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Hasta que la política nos separe
RomanceEsta es la historia de amor entre un luchador social comunista, fiel creyente de los derechos de los trabajadores, defensor de la clase obrera y una capitalista sin remedio. Dura y realista. Ellos no buscan el amor, él los encontró.