Varios días después seguiste con tu rutina normal, pero ya no dormías en las tardes por qué Ran te llamaba y se la pasaba hablando contigo al rededor de 4 horas aunque algunas veces te quedabas dormida a la mitad de la llamada.
Miércoles 25/Junio/19943:15 pm
Te encontrabas en la parada de autobuses, estabas sentada esperando tu autobús, casi te quedabas dormida pero alguien se sentó a tu lado.
–es muy difícil cursar la preparatoria ¿Verdad? —una voz masculina hablo a tu lado
Alzaste la mirada para encontrarte con este bello rostro.
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Era el chico que hace dos años se robo tu corazón y no lo habías vuelto a ver, ahora su cabello era más largo y parecía ser más alto.
–b-bueno no es tan difícil es solo que yo... yo no duermo mucho en las noches —sonreiste nerviosamente.
–ya veo —se rió. –¿Cómo te llamas?.
–mi nombre es Kairi, ¿y tú como te llamas? —lo miraste atentamente.
Querías saber el nombre de este chico.
–lindo nombre —te dedico una suave sonrisa. –yo soy Mitsuya.
Su plática prosiguió, se preguntaban cosas para conocerse el uno al otro, tu camión para ir a casa llegó, Mitsuya te pidió tu número y tú gustosa se lo diste.
Al llegar a tu casa te recostaste en tu cama mirando al techo, recordaste la cara de Mitsuya y un sonrojo aparecio en tus mejillas, solo lo viste una vez y fue el primer chico en gustarte.
4:07 pm
Tu teléfono comenzó a vibrar y ya sabías quién era.
–hola Ran —te diste la vuelta para quedar boca abajo.
–¿Por qué tan indiferente?, deberias llamarme Ranni o cariño~.
–si sigues bromeando de esa manera te voy a contar Ran.
–eres muy aburrida —suspiro. –solo te llamé para recordarte que faltan 6 días para nuestra cita, en estos días no te voy a poder llamar ya que estoy ocupado entonces acordemos de una vez el lugar y la hora.
–me parece bien, que te parece en el parque de diversiones, recién abrieron uno cerca de la calle *****.
–mmm es muy básico pero está bien, nos veremos ahí a las 4pm, más te vale asistir.
–jamas dejaría plantado a alguien.
–nos vemos luego Kairi.
Ran cortó la llamada, tu te recostaste lista para dormir un poco hasta que tú teléfono comenzó a sonar de nuevo.
–¡Ya te dije que si iré, no hay necesidad de insistir de esta manera! —hablaste con molestia.
