𝘾𝙖𝙥. 𝙄𝙄𝙄

206 18 5
                                    

–¿Que clase de cara es esa? —se frunció su entrecejo. –¿crees que tener el rostro así de maltratado es bueno para una jovencita de tu edad?.

–no madre —bajaste tu mirada al suelo.

–tu enserio no cambiarás, siempre serás una decepción como hija —gruño desviando su mirada hacia la ventana.

–¡Hyera! —tu progenitor se presentó en el momento justo antes de que comenzarás a llorar. –no le hables así a mi hija.

(Imágen para referencia de su apariencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Imágen para referencia de su apariencia.)

–ja, ¿tu hija? —embozo una sonrisa sarcástica. –Kaito... querrás decir nuestra hija, aunque no sea de tu agrado, yo soy su madre y también tengo derecho sobre ella —su mirada se volvió una de pura arrogancia.

El hombre apretó la mandíbula con irá, no podía soportar a esta mujer, desde que te dio a luz te a tratado de manera execrable.

–¡Eres una mujer con un cinismo sorprendente! —vocifero con el ceño fruncido.

–no e venido a pelear contigo Kaito —se levanto de su asiento. –solo e venido a darte un aviso.

–hablemos esto afuera —deslizo su mano por tu hombro en seña de que subirás a tu habitación.

Continuamente obedeciste, caminaste rígida y sigilosamente hasta las escaleras que daban a tu habitación.

Al estar arriba te tumbaste en tu cama, comenzaste a cavilar intensamente en la situación que transcurrió hace algunos momentos, ¿Que hace tu madre aquí?, desde ya hace muchos años que no asoma su rostro por ahí.

Sumergida en tus pensamientos, lentamente comenzaste a dormitar, pero una llamada interceptó tu maravilloso sueño, tu mano se deslizó por las suaves sábanas de tu cama buscando tu teléfono, lo obtuviste y atendiste a la llamada.

–¿Hola? —refunfuñaste.

–Hola Kairi, soy Mitsuya.

–¡hola Mitsuya! —tus seis sentidos volvieron al escuchar tan cordial voz.

–lo siento por llamarte sin anticipación, solo te llamé para ratificar nuestra salida de mañana —su voz era serena,  mas sus nervios estaban de punta.

–claro, sabes que nunca te cancelaría salida.

–te lo agradezco —una sonrisa llena de dicha adorno su bello rostro.

El día transcurrió con normalidad, pero la curiosidad se adueñó de tu cuerpo y mente, bajaste por las escaleras, tu vista se detuvo en tu padre quien se veía mal, parecía preocupado, tenías mucho interés por preguntar a qué vino pero no parecía ser la ocasión.

–padre ¿Todo bien? —apoyaste tu mano en su hombro.

–si cariño —te miro detenidamente a la cara, su entrecejo se frunció con desconsuelo. –Kairi, mi niña, mi bebé... —deslizo su mano por tus mejillas suaves y rosadas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

⸙𝙏𝙪 𝙚𝙜𝙤𝙞𝙨𝙢𝙤 𝙣𝙤 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙡𝙞𝙢𝙞𝙩𝙚𝙨⸙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora