Lluvia

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En la noche más sombría, la lluvia cae sin cesar,
Un susurro gélido que penetra en el pesar.
Gotas de tristeza que empapan el alma,
La lluvia, un lamento que nadie reclama.

El cielo se oscurece, las nubes se desgarran,
El viento aúlla y las lágrimas se desbarran.
El agua golpea con fuerza, como un latigazo,
La lluvia, una tormenta que arrastra el abrazo.

En los charcos reflejados, se esconde la melancolía,
Un reflejo turbio de la tristeza y agonía.
El eco de los pasos se pierde en el diluvio,
La lluvia, un velo oscuro que oculta el alivio.

Es un manto gris que cubre los sueños y anhelos,
El ritmo constante que ahoga los anhelos.
Las lágrimas del cielo se mezclan con las propias,
La lluvia, una danza macabra en las horas más sórdidas.

Pero en medio de la lluvia más intensa y fría,
Aún hay destellos de esperanza y alegría.
Las gotas lavan el dolor y renuevan el espíritu,
La lluvia, una purificación que nos invita al respiro.

Así que abraza la lluvia y su rítmico lamento,
Deja que te envuelva y sane cada tormento.
En cada goteo encontrarás un renacer,
Y la lluvia oscura será tu puerta hacia el renacer.

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