' 'Secretos '
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Leah Zanin era una chica baja de cabello azabache y lentes cuadrados, se destacaba por sus ojos verdes y una personalidad tímida, solía estar entre las más destacados del salón y recibía una beca del cien por ciento en el colegio "Saint Bernard de Clairvaux" uno de los más prestigiados en Londres.
Leah Zain, usaba un característico suétersillo de rayas blanco con negro, solía usar el pantalón de cuadros gris propio del colegio y zapatos de vestir. No usaba maquillaje, no tenía perforadas las orejas, aún así la chica era extremadamente bella. Su largo cabello caía hacia su espalda y sus delgadas cejas oscuras daban un toque sensual a su rostro.
Dejó de mirarse al espejo después de ver el reloj de su habitación, había escuchado la puerta de la habitación abrirse y después el cotilleo de unas risillas. Salió de su hogar.
Al llegar al colegio dejó sus cosas en el casillero mientras escuchaba música, aquello la relajaba, y le ayudaba a pensar en lo que había estudiado la noche anterior.
Las clases parecían cortas y monótonas, ella necesitaba un poco más, había entrado a vestidores después de la clase de educación física que había tenido, debía darse una ducha y después ir al comedor, pues esta era la última hora antes del almuerzo.
Había entrado en un cubículo, había dejado que el agua caliente cayera sobre su cuerpo, había limpiado su piel y lavado su cabello, salió envuelta en una toalla, mientras se colocaba el uniforme, observo que los vestidores estaban vacíos, había tardado demasiado, ya no tendría tiempo de ir a su casillero por perfume.
Cuando se colocó su adorado suéter de rayas entró Cindy Carter. Leah quedó muy quieta cuando miró como dos chicas cerraban la puerta.
—¿Qué hacen? —preguntó con voz temblorosa.
De la garganta de Cindy brotó una risa al ver el miedo que producía en Leah.
—Nada —jugueteó con su falso tono rubio de cabello.
Leah frunció el ceño y trató de ir se pero la tomaron del pelo, provocando que sus pies se enredaron.
—No te he dicho que te muevas —la voz sin emoción de Cindy, le dio miedo —, de rodillas mojigata.
A Leah, se le acelera la respiración, debía salir de allí.
Intentó caminar nuevamente y zafarse del agarre de la rubia pero no pudo, una patada en sus rodillas causó que cayera de frente, rompiendo sus lentes. Su cabello fue nuevamente tomado con fuerza y la obligaron a estar de rodillas.
—¿Ves lo fácil que es hacer caso? —Leah deseo insultar la pero decidió quedarse callada.
—Dime Leah, ¿ya tienes mi trabajo del viernes?
Leah abrió los ojos con fuerza, había olvidado por completo eso, apenas y había tenido tiempo de hacer su proyecto. Ahora sí había firmado su muerte.
—Lo olvidé en casa —tartamudeo mientras intentaba dar explicaciones, sus ojos se habían llenado de lágrimas, tenía demasiada miedo.
Cindy frunció los labios con asco, ya la conocía, solo tartamudeaba cuando mentía.
—¡Ay, pequeña Leah! —exclamó con voz dulce mientras acariciaba su cabello —creo que debo reprender tus mentiras y tu falta de lealtad hacia nuestro trato.
Anuncio con la voz podrida en cariño, Leah, comenzó a temblar.
—¡Las tijeras Susan! —grito sacándo le un grito, sus mejillas estaban mojadas por sus lágrimas y ya había empezado a sollozar.
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El Lamento De Los Ángeles. (Borrador)
Roman pour AdolescentsEn el colegio Saint Bernard de Clairvaux cada año se aceptan un total de diez becados.