5.- Very wrong. (Dear one? pt. 2)

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Tan solo tocar su mano, sentí mi estómago undirse y mi respiración pausarse. No puede ser el. No debía ser el.

Y sin embargo lo era. Su piel azulado y ojos rasgados igual que siempre, habiendo ganado un poco de altura y musculatura, pero aún no la suficiente, me agarró con una delicadeza nunca propia de el.

–Oh dear. No esperaba verte aquí, querida.–
Su cara parecía genuinamente sorprendida, y su porte era realmente reconocible. Su voz profunda me dió escalofríos, pero preferí poner la cara más despreocupada que tuviera, y jugar un poco para obtener información. El no tenía razón de estar aquí.

–Mucho menos yo, tim.– en vez de su típica rabia, dió una risa vacía y me miró con una adoración tan peligrosa que era escalofriante.

–No sabes cuánto, cuanto, cuanto había esperado para escuchar esa voz y tu dulce sarcasmo.– Dió una vuelta impecable, manteniéndose a mí alcance y danzando entre la gente. –Especialmente aquí, en un lugar tan lleno de burócratas. ¿Decidiste jugar de forma inteligente en este pueblecito?–

–fui invitada, tonto. Tu por otro lado ...– su agarré se volvió mas fuerte, manejando el son y acercandose mas de lo que debería.

–Por si no lo sabes, YO soy el invitado especial que esperaban. No hace mucho que llegue aquí. Para tu desfortuna, igual no es mucho el tiempo que me quedo.–

Con sorpresa, voltee a ver a todos lados, puesto que si estaba coldfinger, su madre debería andar atrás de el.

–No te molestes, ella no será un problema esta noche. Somos solo tu y yo.– Me acercó hacia el, atrapandome en un abrazo mientras yo me sentía incomoda.

–Olvidas que eres menor que yo, y nosotros ya habíamos platicado acerca de esto.– Dije, alejándome gracias al terminar de la danza. Sin embargo, tan rápido acabó comenzó una que tanto el y yo conocíamos demasiado bien. Una que respondía al instinto mas basico que tuve desde mi existencia, el miedo.

–Nunca fuí tan pequeño para la guerra, al igual que mi madre y padre para tí.– Quedé pasmada, prácticamente inmóvil por un corto periodo de tiempo que le dió la ventaja para agarrar mi mano.

–La guerra no tiene nada que ver aquí, cold.–

–¿Ya me llamas por mi nombre? Lamentablemente, aquí no te queda tanto tiempo en tu pequeño mundo de paz, y lo sabes.– se burló, y comencé a notar algo.

Las personas no conocían los ritmos del bajo mundo, por tanto no sabian bailarlo y se retiraban para evitar hacer un ridículo.
Yo y cold éramos de los pocos que lo conocian, por lo que la gente se acercaba a ver a los que si.

Voltee a buscar el ninja, por si acaso podia el sacarme de está situación. Y si lo encontré, muy cómodo en los brazos de otra chica.

Mierda. Estaba atrapada.

–¿Pediste la canción, verdad?– dije, evadiendo lo último que dijo.

–Solo tu sabes su ritmo, mi dear.– soltó su agarre casi en su totalidad, forzandome al viejo habito de pelear por el dominio.

Comenzó a tararear la letra, mientras yo mandaba el baile por completo. Era prácticamente memoria muscular, puesto que lo habíamos practicado tantas veces en el escondite que quedaba grabado en los huesos.

–Black out mi eye, set fire to mi thigh...~–
–...-
–Vamos querida, estoy esperando.–
Dijo, y casi por reflejo, respondí la siguiente linea.

–... as we dance to the masochism tango.–

Esto me dolía y era mas que mental. Vivir en un lugar tan lejos del dolor y sus recuerdos tan solo los dejaba mas expuestos con el tiempo.

oh moun amour!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora