6.- She's not mine.

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La tarde era tranquila.

El sol brillaba en la cantidad justa, el agua se veía tranquila y la gente estaba animada.

Con razón de inversiones a la ciudad, realizaron un pequeño carnaval con juegos y con algunos shows y carpas acompañando el espacio.

Todo acompañado de un ninja sentado en un puesto y un montón de gente rodeándolo.

–¿A quién se le ocurren estas cosas? ¿Qué tipo de lunático piensa que esto es una excelente idea?– Dije, mientras seguía dando pequeñas frases a los que venían o aceptando regalos que ni loco me quedaría.

De pronto, vi como llegaban dos caras familiares a verme.

–No sabía que los heroes hicieran un meet and greet.–
Dijo guy, mientras Howard me veia con un pequeño resentimiento todavía.

–No solemos hacerlo, g- digo, ciudadano, pero esta es una ocasión especial.–

-Guy. Guy Handom, y el pelirrojo de ahí ya lo conoces.-
El se rió, y me lanzó un hot dog todavía caliente, avisando que si acababa con la lista interminable de personas, podía buscarles.

Mientras masticaba la delicia de comida, le daba gracias internamente por alimentarme en esos momentos de locura.

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–Y no se si lo sabes, pero el ya había salido con ella.–

–No me puedes decir eso. ¿Tan bajo cayó?–
Dije, mientras lanzaba otra pelota para derriar unas botellas y ganar algún premio.

–Es que puede que no parezca, pero tiene su corazoncito de pollo debajo del traje, y puedo asegurarte que esa heroína se lo está robando.–
Decidí ignorar lo último y divagar mientras Howard me contaba todas las tonterías de Starboy.

Había decidido hacer algo para entretenerme, pues tan solo imaginar que el llegaría me ponía los nervios de punta.

Resulta, que Howard tenía el día libre y un montón de cosas que decir sobre alguien.
¿Quien hubiera imaginado que sería el mejor amigo del ninja?

–¿Y no le has contado nada de esto a Randy? Parece experimentado, estoy seguro de que le daría buenos consejos al ninja.–

Puso una cara indescifrable, y me dijo que cunningham odiaba todo lo relacionado con héroes. Ya sea shezow o ninja.

Preferí seguir hablando de las desgracias del último, mientras uno de nosotros le dió a las botellas y ganamos un premio.

–Quédeselo usted bella dama, me honraría que lo conserve.–
Me dió el peluche casi a fuerza, mientras ponía una cara de galán barato.

–Mejor usted, porque cualquier cosa, yo no soy ni bella, ni dama.–
Le dije, actuando de forma demasiado femenina y devolviéndole el peluche.

–¡Guy! Es para practicar para mi futura novia! ¡Copera!–
–No seas tonto! Cual futura ni que nada!–

En lo que peleabamos, un ninja muy confundido se paró en medio de dónde estábamos.

–No sabía que los amigos actuaban como casados de 50 años.–

–¡No actuamos así!– dijimos en unison, y al darnos cuenta, nos carcajeamos y decidimos ir a probar otros juegos.

El ninja hablaba principalmente conmigo, pues el pelirrojo todavía mostraba resentimiento con el y parecía que no se le iba a pasar pronto. A vista de eso, el ninja le iba comprando cuanta cosa que viera hasta que lo perdonará.

oh moun amour!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora