Koi No Yokan [恋の予感]

Para Sesshomaru, con amor.

"Querido Sesshomaru.

Han pasado algunos años desde la última vez que te vi. Desde entonces todo ha sido una montaña rusa en mi vida. Espero que tú estés bien...te extraño tanto, Sessh. Quería decirte que estoy muy orgullosa de ti, me han llegado las buenas nuevas que estás por tomar el lugar del señor Tōga en la empresa. Recuerdo que eso fue lo que siempre quisiste, y me hubiese encantado estar ahí para apoyarte durante el proceso.

Kaede me hizo saber que te vió salir en las noticias con una chica hermosa, eso es bueno. Lamento haber fallado con mi promesa de volver a tu lado... ojalá entiendas que la situación se escapó de mis manos, aún estoy intentando entender qué es lo que está pasando conmigo. Siempre desearé volver a verte, también a tu familia.

Por ahora, continuar lejos sigue siendo la mejor opción, pues todo lo que me rodea es tan turbulento... Anhelo tu felicidad, mi amor...conmigo o sin mí. Te amo, y me odio por nunca habértelo dicho.

Y aunque esta carta jamás llegará a tus manos, al menos pude calmar el dolor que llevo conmigo en el pecho desde hace diez años. Espero me hayas perdonado.

Rin."

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Okinawa. Presente.

- Buenos días, señor Sesshomaru.-

El imponente hombre de veintiocho años no respondió, sólo le dedicó una fría mirada de reconocimiento a su secretaria mientras continuaba su camino hacia su despacho.

- Tsk.- la mujer sonrió de lado. Parecía que su apuesto jefe hoy tenía un humor de perros.

Los empleados de aquella prestigiosa empresa escucharon el habitual portazo que indicaba que el futuro dueño del lugar había llegado. Y como era costumbre, todos corrieron a sus puestos ya que sabían que eran constantemente monitoreados a través de las muchas cámaras que habían sido instaladas a pedido de él.

Taishos&CO era la cadena de abogados VIP más famosa del mundo. Con dos sedes desplegadas en ciudades cercanas, poco a poco el imperio de Tōga Taisho se iba expandiendo a través del mundo. El patriarca de una de las familias más ricas de Japón había dejado sangre, sudor y lágrimas junto a su difunto padre en aquel lugar, pero todos sabían que quien había llevado la empresa a la gloria era su primogénito, Sesshomaru Taisho.

Diariamente se encargaban de tomar casos polémicos, con los cuales obtenían obscenas cantidades de dinero. Sin embargo, mucha de esas ganancias provenían de negocios ilegales relacionados con extorsiones, amenazas e intimaciones, asuntos de los cuales Sesshomaru ya estaba enterado gracias a quien había sido su mano derecha durante todos esos años de arduo trabajo: Kirinmaru Asano.

La ira que acompañaba al agraciado peliblanco cada día lo había impulsado a buscar formas de deshacerse de aquellos corruptos abogados quienes decían serles completamente fieles a su padre.

Se sentía insensibilizado por tanto trabajo, éste era la excusa perfecta para que su cabeza no le recordara cosas que abrían la herida en su corazón constantemente. Los ataques de furia que le solían ocurrir cuando era más joven lo habían llevado a tomar psicofármacos, los cuales incrementaban su estado de apatía.

Recordaba que, cuando era un niño, su padre era constantemente citado por las escuelas a las que asistía debido a su comportamiento solitario e indiferente. No jugaba con otros niños, ni mucho menos socializaba. Ésto preocupaba tanto a Tōga que era motivo de constantes discusiones con su madre, Irasue. Por supuesto, terminaron por divorciarse y el pequeño Sesshomaru fue el blanco constante de dos adultos batallando por quedarse con su custodia.