Cassie y Jackie, unidas por la tragedia, quedaron huérfanas a temprana edad cuando su familia sufrió un trágico accidente. Con tan solo 15 y 16 años, se embarcaron en un nuevo capítulo de sus vidas al mudarse a Silver Falls, Colorado, llevando consi...
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Me despierto en mi cama, alertada por el bullicio que impregna la casa de los Walter. Al abrir mi armario, elijo un pantalón negro y un jersey a rayas en tonos verde y azul oscuro, casi negro.
Una vez lista, bajo al lugar donde todos se reúnen para el desayuno. Observo a casi toda la familia ya presente.
—Cassie, tienes unas tostadas aquí —me informa Katherine, señalando un plato con al menos unas diez tostadas. Asiento agradecida.
—También hay zumo.
Le sonrío y me siento en una silla.
—Gracias.
Jackie se une a mí en la cocina, y Katherine nos informa:
—Los chicos os llevarán a clase. Ya nos contaréis luego qué tal vuestro primer día.
—Gracias —dice Jackie con una sonrisa.
—¿Vamos? —pregunto, tomando una tostada, y ella asiente mientras coge una manzana.
Salimos al exterior con el resto de la familia para dirigirnos al coche que nos llevaría al colegio.
Me acerco al automóvil y veo a mi hermana parada, aparentemente indecisa. Le hago un gesto con la mano para que se acerque. Cole, al notarla, le lanza una sonrisa burlona, y yo frunzo el ceño.
—¿Ves algo gracioso? —pregunto, y él desvía la mirada hacia mí.
—Vamos, Nueva York, sube —dice, ignorando mi pregunta por completo. Simplemente se mete en el coche y, desde la ventanilla, me mira con una sonrisa. Rodando los ojos, me uno a ellos mientras nos preparamos para la ruta hacia el colegio.
(...)
Cole maniobra con destreza para estacionar el coche justo frente al instituto, y las miradas curiosas de los estudiantes se posan sobre nosotros, quizás intrigados por la llegada de un nuevo grupo. La atmósfera vibrante del primer día de clases está impregnada en el aire.
—Hoy tenemos el coche lleno, así que eso significa, Isaac, que nada de ofrecer llevar animadoras —declara Cole con su característico tono desenfadado, arrancando risas en el interior del vehículo.
—Vale —responde Isaac, alargando las últimas vocales con un toque juguetón mientras abandona el coche.
—Nos vemos a las 3:30 —anuncia Cole, recibiendo respuestas unánimes de "vale" por parte de los demás ocupantes del automóvil.
Desabrocho mi cinturón y abro la puerta del coche para salir. Mientras avanzo hacia la parte trasera para recuperar mi mochila, observo que Jackie permanece en el asiento del medio y aparentemente absorta en sus pensamientos.
