prólogo

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Audrey Sainz.

No supe el momento exacto en el que mi cuerpo toco la madera fría del escenario, en donde todo se había ido al carajo, lentamente.

Cuando el salto salió mal, cuando logan no me sostuvo bien, cuando caí en la peor posición y un crujido de hueso se hizo oír en mi oído, supe que todo se había ido a la mierda.

Estoy llorando, mucho. Mi familia y los doctores piensan que es peor por el dolor, pero no tiene  relacion alguna con esto. La morfina ha hecho efecto, no lo siento mas a la leve molestia, pero mi llanto no pasa.

Es probable que mi carrera haya acabado, en un cerrar y abrir de ojos.

Era bailarina de ballet profesional. considerada una prodigio y una de las mejores, la siguiente estrella del ballet

Pero ahora...ahora con un fractura y la indicaciones del medico sobre no practicar ballet en al menos cuatro meses, es catastrófico.

¿Qué se hace cuando algo tan inesperado llega para arrebatártelo todo?

—¿Te duele?— mi hermano mayor Carlos, me acaricia el cabello.

Sacudo la cabeza.

—Estoy arruinada—sollozo

—Claro que no—Rebecca , mi cuñada, sonrió tratando de tranquilizarme---te recuperaras, solo tienes que darle tiempo.

—¿Tiempo? tengo presentaciones de la academia y dos papeles principales, sin contar las audiciones para fin de año—mi voz se rompe, me limpio las lagrimas con la mano de mi suéter.—Tiempo es lo que menos tengo.

Ambos me miran con compresión, ninguno se atreve a rebatirme porque saben que es verdad.

—Vas a recuperarte—mi hermano toma mi mano--es es todo en lo que debes pensar por ahora, en nada mas.

Mi hermano se acerca, sus brazos me rodean y me refugia en sus brazos.

—Esto no significa, en fin, Au—Susurra con dulzura.

Sollozo con mas fuerza, ella decía que no es el fin, pero para mi, se le parecía muchísimo.




Charles Leclerc.

Calor.

Llamas.

Fuego.

Siento mi piel arder, siento el humo quemarme los pulmones. Siento que no puedo respirar, la aterrízate sensación de ahogamiento.

—Charles—Abro los ojos de golpe al mismo tiempo que tomo una gran bocanada de aire.

La luz tenue de la habitación me da la bienvenida a la realidad. Tengo la respiración agitada mientras siento el sudor en mi rostro.

—.Parece que tuviste una pesadilla—el rostro dulce de Arthur a mi lado es apena visible en la oscuridad, pero consigue darme algo de paz..—¿Quieres un poco de agua?

—Estoy bien—Cierro los ojos levemente-- Ve a dormir Arthur.

—No voy a ir hasta que me asegure que estas bien—su mano se coloca sobre mi hombro—¿ Es la misma de todas las noches?

Apenas asiento.

—Deberías visitar al terapeuta que mamá sugirió—me recuesto de nuevo—han pasado tres meses.

—Ve a dormir, Arthur—esta vez no es una suave petición. Es una orden.

Mi hermano suspira, se incorpora de la cama y a pesar de la oscuridad puedo sentir su mirada en mi. No digo nada mas. El tampoco lo hace, solo se marcha dejándome de nuevo solo con aquellos recuerdos que quiero olvidar.

Elevo mi antebrazo derecho. Las yemas de mi mano izquierda trazan una caricia sobre aquella piel arrugada, sobre las marcas que el fuego dejo en mi piel. Luego volteo hacia la repisa, en donde la fotografía del ultimo trofeo que sostuve parece burlarse de mi.

Soy Charles Leclerc. Considerado el rey de las carreras de autos.

o lo era, hasta hace tres meses.

Ahora...ahora ni siquiera tengo un auto. El que poseía, mi amigo inseparable...mi posesión mas presiada...se consumió ese día.

Quedo encenizas, como toda mi carrera deportiva.

Ahora soy el rey de nada .

Tengo 26 años y parecía que había conquistado el mundo. ¿Irónico no? Ahora hace 3 meses que no puedo subirme a un auto sin tener un ataque de pánico, he perdidos a mis patrocinadores, mis agentes están a punto de abandonarme también. Lo estoy perdiendo todo, y no estoy haciendo nada  para impedirlo.

Pero, cuando llega para arrebatarme todo, no quedan ganas de luchar.

Todos me dijeron que este podría ser el fin para mi, y justo ahora...creo que tienen razón.

☆☆☆

Hola, cómo estás?
Mi nombre es sofia y hoy les traigo una historia que hace mucho está en mi loca cabeza, así que espero que la disfruten.



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