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Chiara llevó los platos con la comida a una mesita en la terraza, decidieron que ese día iban a disfrutar de las preciosas vistas y unos macarrones hechos por Violeta, obviamente. La pelirroja le preguntó a Chiara si quería ayudar, pero debido a que no sabía seguir instrucciones y a la poca rabia que le tenía por lo de antes decidió mejor mantenerse al margen.

— ¡Mira lo que he encontrado! – Violeta llegó a la terraza con una sonrisa de oreja a oreja y una botella de vino en la mano.

— ¡No way! – Chiara se giró emocionada.

— Espera ¿Tienes edad para beber Kiki? – preguntó Violeta con burla.

— Solo me sacas tres años Violeta. – se quejó la inglesa.

— No lo digas que me siento una asaltacunas. – la pelirroja se sentó al lado de Kiki y colocó en la mesa dos vasos junto al vino. — Ahora que lo pienso, no hay sacacorchos. Pues nada, me lo llevo. — Hizo el amague de levantarse pero la pelinegra le detuvo.

— Dame un par de minutos. – Chiara se sacó la zapatilla y agarró la botella de vino.

— ¿Qué vas a hacer Kiki?

— Calla y aprende. – Chiara introdujo el culo de la botella dentro de la zapatilla, se acercó a una superficie de la pared dura y comenzó a golpear con fuerza la suela contra la pared. Violeta miraba con sorpresa a la chica delante suya, poco a poco el corcho de la botella iba saliendo hasta que estuvo lo suficientemente fuera para que Chiara sea capaz de quitarlo con la mano.

— Wow. – fueron las únicas palabras de Violeta.

— Toma tus tres años de diferencia – Kiki le tiró el corcho y la pelirroja lo agarró.

— No sé si me asustas o me gustas. – sonrió la reportera viendo como Chiara servía el vino en sus vasos.

— Espero que te guste porque como te asuste me voy con Denna. – Chiara se sentó de nuevo y Violeta le dio un pequeño empujón debido a la broma que tanto odiaba.

Durante la comida pasaron por distintas fases, en una de ellas estuvieron sin hablar cinco minutos mirando el paisaje, no era un silencio incómodo, de hecho estaban muy agusto, escuchaban los pájaros cantar, el viento soplar y el sonido del agua del lago. En otra fase estuvieron hablando de futuras canciones que les gustaría cantar en las galas, siempre y cuando no se fuesen, hablaron de "Traitor", "Back to December", "Chasing Pavements" y un montón de canciones más.

Luego estuvo su última faceta de conversación, donde estuvieron juntando a gente de la academia.

— Denna y Alex me pegan mucho. – dijo Chiara y Violeta la miró de reojo sonriendo. – A ver que sí, ya sé que le gusto, o al menos, le gustaba ahora no se sabe, las cosas cambian.

— Aún así, Alex tiene novia.

— Eres tú las más indicada para hablar. – sonrió Kiki bebiendo de su copa de vino.

— Touché – respondió Violeta imitando el gesto.

— El más claro, Juanjo y Martin. – sugirió la pelirroja.

— Los vi dormir juntos el otro día, más tiernos. – sonrió la inglesa recordando aquel momento. — Buah, me vas a llamar loca, Naiara y Lucas.

— Estás loca.

— Ya lo sé pero por alguna extraña razón, siento que pegan bastante. – Chiara se justificaba.

La comida terminó así, entre charlas y juegos de juntar a sus compañeros. Después de limpiar decidieron descansar un rato en el sofá, poco tenían que hacer la verdad, acordaron más tarde ensayar un poco su canción del lunes, a pesar de estar "en un retiro" no iban a dejar de practicar.

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora