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[Marta, este capítulo te lo dedico maja]

La cena antes de las galas siempre están llenas de nerviosa y extasis, suben todos con sus trajes de vestuario y mentalmente hacen una competencia para ver quien es la persona que "más cuadro" está. Aunque nunca llegan a verbalizarlo.

Después de la noticia de Noemí se pasaron todo el domingo intentando descifrar las palabras de su directora, Juanjo propuso que a lo mejor se anunciaba una gira, Denna dijo una firma de discos, Paul dijo que a lo mejor nos dejaban salir a dar una vuelta. Las ideas surgían pero no llegaron nunca nada concreto, les pidieron pistas a algunos profes pero no les dijeron nada, la verdad es que ni la mitad estaban enterados de la "gran" noticia.

— Madre mía Kiki. — Paul se llevó las manos a la cabeza mirando el atuendo de la pelinegra.

— ¿Qué? – dijo tímidamente. Chiara era consciente de que estaba espectacular llevando aquel vestido gris brillante pegado a su cuerpo y que marcaba su figura, unas botas negras con purpurina y el pelo recogido en una coleta alta pero que dejaba varios mechones caer por su rostro.

— Dios... – Denna se giró y miró embobada a la chica. – Chiara estás preciosa. La ojiverde se sonrojó y se acercó a sus compañeros para sentarse en su sitio de siempre.

— Tú también estás preciosa. – confesó Chiara mirando el outfit de la rubia, Denna escondió su timidez en una sonrisa burlona y le guiñó el ojo a la menor.

— ¿Qué guapos estamos todos no? Ningún cuadro veo. – Paul interrumpió la interacción entre las dos chicas recibiendo una afirmación por todos en la mesa, aunque estas dos en ningún momento rompieron el contacto visual.

Cenaron todos juntos entre charlas sobre su vida fuera de la academia, anécdotas de pequeños y posibles cosas que pudiesen pasar en la gala.

Chiara se terminó todo su plato bajo la atenta mirada de Denna y Cris, que estaban alerta por si la ojiverde salía corriendo en dirección al baño.

Después de cenar tenían un poco de tiempo libre que todos solían aprovechar para ensayar antes de tener que irse, Denna y Chiara fueron a retocarse el labial que se había corrido un poco debido a la cena.

— Lo estás haciendo mal... – Le dijo la rubia por quinta vez mirando el desastre que se hacía la ojiverde en los labios.

— ¡Si tanto te quejas hazlo tú! – respondió estresada. – Perdón, la paciencia la tengo escasa hoy.

— No pasa nada, yo lo hago. – la rubia se colocó enfrente de Chiara, la empujó suavemente hasta que la ojiverde chocó contra el lavamanos, teniendo así un buen lugar donde apoyarse.

La rubia agarró el lápiz labial y con sumo cuidado trazó el contorno de los labios de Chiara, la menor sintió un ligero escalofrío al sentir a Denna tocar suavemente sus labios al pintar, también le provocó el escalofrío tener a Denna sujetandole la cintura para no perder el equilibrio y tener sus labios bajo la intensa mirada azul de ella.

Una vez terminó su trabajo, la granadina subió la mirada hasta los ojos de Chiara, encontrandose con que ella ya la estaba mirando de antes. Durante unos segundos, Chiara se perdió en el azul de sus ojos, recordando el mar de su bello Menorca, no iba a negarlo, las rubias desde siempre le habían atraído, y tener a Denna tan cerca le hacía recordar el por qué le encantaban, sonrió al ver como la rubia se acercó un poco más a su rostro.

Como si de magia se tratase, el mar de los ojos de Denna rápidamente se transformaron en el color miel que tanto amaba, en el color miel en el que se había perdido tantas veces y con el que había conectado tanto, en el color miel de su pelirroja, su amaba pelirroja.

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora