Han transcurrido varios días en los cuales Nakamura se ha convertido en el "aprendiz" de la maestra del Luofu. Cada mañana se dirige bajo la sombra del mismo árbol y blande la espada hasta que sus brazos se acalambran y sus manos duelen; en ellas han surgido callos debido a la empuñadura del arma, y en algunos entrenamientos, sus manos llegan a sangrar y temblar.
Ahora, se encuentra caminando tranquilamente junto a su maestra en dirección a aquel lugar. Es un día espléndido en Xianzhou. El sol brilla con intensidad, la brisa es fresca y el único sonido es el de sus pasos. Así ha sido todas las mañanas, pero esta vez fue diferente. En el camino, se cruzó un poseído por mara que había perdido totalmente la conciencia; su mirada estaba completamente perdida y la sed de sangre con la que los observó causó escalofríos por la espalda de Nakamura. Con Jingliu fue todo lo contrario. Al ver al poseído por mara, Jingliu se apresuró a entrar en acción. Rápidamente desenvainó su espada, sus ojos llenos de determinación y concentración. Sus movimientos fueron rápidos y precisos; su espada danzaba en el aire mientras se preparaba para la batalla. El poseído por Mara, sintiendo el peligro, cargó contra Jingliu con su arma en alto.
Nakamura intentó ayudar a su maestra, desenvainando su arma de igual manera, pero se perdió en los rápidos y elegantes movimientos de su maestra, siendo el reflejo de centenares de años de experiencia acumulada. Su espada brillaba contra la luz del sol en cada corte que realizaba con una precisión mortal; sus ataques parecían una suave y mortal danza.
-"Increíble..." murmuró Nakamura, perdiéndose en los movimientos que Jingliu realizaba. Su intención fue ayudar, pero si se acercaba parecía que simplemente la interrumpiría y molestaría, así que mantuvo la distancia.
Mientras Jingliu luchaba contra los poseídos por Mara, se movía con gracia y precisión, su espada bailando en el aire con una precisión mortal. Sus ojos se centraban únicamente en su oponente y su determinación era inquebrantable.
—"Quédate atrás, Nakamura. Este no es lugar para un estudiante," le advirtió en voz baja y seria.
A pesar del peligro, Nakamura permaneció paralizado al ver a su maestro en la batalla. Observó con asombro cómo la espada de Jingliu se movía más rápido de lo que el ojo podía seguir, desviando cada ataque con facilidad. El poseído por Mara, sintiendo la amenaza, intentó atacar de nuevo, pero Jingliu no tardó en responder. Con un movimiento de su muñeca, su espada golpeó con precisión, enviando al poseído por Mara volando hacia atrás.
-"Ya basta de tonterías," gruñó, con un tono lleno de ira y disgusto. "Vete." Envaino su espada, sin dejar de mirar a la poseída por Mara: "Ahora, Nakamura, salgamos de aquí. Este lugar ya no es seguro."
Nakamura solo pudo asentir ligeramente con la cabeza y seguir rápidamente, caminando detrás de ella. Su mente aún estaba en el lugar de la batalla donde Jingliu se enfrentó al poseído. Ni siquiera se había tomado la molestia de finiquitarlo, fue algo sutil pero verdaderamente notorio.
-"¿Algún día seré capaz de acercarme a su nivel?" pensó en voz alta en no más que un simple murmullo mientras observaba la espalda de su maestra mientras caminaban, aún analizando cada uno de sus movimientos en combate; sin duda, fue algo digno de una maestra del Luofu, su mirada fue tan aterradora como los cortes que resonaban contra aquel pobre poseído por Mara.
Solo recordar su mirada causaba un escalofrío recorriendo su columna vertebral.
-"Bien, Nakamura. Comencemos tu entrenamiento," dijo Jingliu, mientras Nakamura se perdía en sus pensamientos; habían llegado al lugar de siempre antes de lo previsto. "Recuerda, la práctica hace la perfección. Sigue esforzándote y alcanzarás nuevas alturas." Jingliu se paró junto a su alumno y comenzó a observar sus movimientos, ofreciéndole correcciones y consejos según fuera necesario.
Los ojos de Nakamura se abrieron ligeramente ante la sorpresa; habían llegado al lugar antes de que se diera cuenta. Al parecer, se había perdido en sus pensamientos mientras caminaban. Nakamura asintió, desenvainó su arma y se dirigió bajo la tranquilidad de aquel árbol que lo había acompañado desde que inició su entrenamiento con la espada, siendo un sutil testigo de su progreso.
Jingliu observó atentamente los movimientos de Nakamura; su mirada se centró en cada detalle de su forma y técnica. Podía ver la determinación en sus ojos, la concentración en sus movimientos. Mientras él blandía su espada cada vez más rápido, ella no pudo evitar sentir una sensación de orgullo creciendo dentro de ella. Para eso vivió, para eso se entrenó: transmitir su conocimiento y experiencia a la próxima generación de maestros de espada.
Con cada golpe, Jingliu podía ver cómo Nakamura mejoraba. Su postura era más estable y su respiración más controlada. Estaba empezando a comprender la importancia de la técnica sobre la fuerza. Ella sonrió para sí misma, orgullosa de su alumno. Todavía quedaba mucho trabajo por hacer, pero Nakamura estaba en camino de convertirse en un verdadero maestro de la espada.
-"Excelente, Nakamura. Lo estás haciendo bien. Sigue con el buen trabajo. Recuerda, la espada es una extensión de tu voluntad, de tu cuerpo. Deja que te guíe. Concéntrate en tu forma, tu postura, y tu respiración. Observa, anticipa y ataca cuando sea el momento adecuado."
Las horas pasaron. Nakamura entrenó hasta que sus brazos y manos no pudieron más. Lentamente notaba el progreso que estaba teniendo con la ayuda y correcciones de Jingliu. Cuando sintió que sus manos empezaron a temblar y el agarre se debilitó, detuvo sus movimientos, envainó la espada y cayó rendido sobre el césped. Su respiración era irregular mientras soltaba un cansado suspiro. Jingliu no se sorprendió; parecía ser ya una rutina para ambos.
-"Bien, Nakamura. Tómate un momento para recuperar el aliento y ordenar tus pensamientos. Recuerda, la espada es una extensión de tu voluntad, tu cuerpo. En la batalla, no se trata solo de fuerza, sino de técnica y precisión. Concéntrate en tu forma, tu postura y tu respiración. Observa a tu oponente, anticipa sus movimientos y ataca cuando sea el momento adecuado. Con práctica y dedicación, estarás preparado para cualquier cosa."
-"G... Gracias, Jingliu," dijo Nakamura de manera cansada mientras intentaba calmar su agitada respiración; el dolor en sus manos era casi insoportable, pero al paso de los días, ya se había acostumbrado. "Eres una excelente maestra, Jingliu. Te lo agradezco, nuevamente," dijo con una suave y cansada sonrisa, transmitiendo la sinceridad de sus palabras.
-"Gracias, Nakamura. Es mi deber transmitir mis conocimientos y experiencia a la próxima generación de maestros de la espada."
"Persiste en tu esfuerzo y ten presente que la práctica constante es la senda única hacia la consecución de la perfección."
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Volver A Vivir: Nuevos Recuerdos
FanfictionEste Wattpad se basa en la historia de un joven de apellido Nakamura. Realmente no sabía qué tipo de personalidad darle al protagonista, así que opté por quedarme con dos de mis favoritas: alguien de origen humilde y otro arrogante y despiadado. Cad...