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— Pensé que estabas en el sofá. —dijo, al ver a su mejor amigo de pie contra la puerta de la entrada.

Las piernas del omega estaban cruzadas, y siendo levemente presionadas, como si el pobre estuviera aguantándose las ganas de ir al baño.

— ¿Estás bien...?

— N-no.

— ¿Eh? —Jungkook ladeó su cabeza sin entender que ocurría, y dio unos cuantos pasos adelante.

— ¡NO TE ACERQUES! —exclamó, agitando sus manos con una mirada llena de vergüenza—. Mojé mis pantalones...

El alfa abrió sus ojos como dos platos, pero luego de entender el por qué, su mirada se relajó e incluso lo miró de una forma distinta. Sus ojos reflejaban lujuria.

— ¿Te ayudo con eso...?

— N-no lo sé...

— ¿Por qué te avergüenzas de estar húmedo? No es nada nuevo. Vivimos juntos, te he olfateado miles de veces cuando estabas a punto de comenzar tu celo.

— ¡Pero es distinto! —exclamó—. T-tú te vas durante esos días por respeto a nuestra amistad, pero ahora estás aquí y yo estoy muy... Muy empapado. De verdad hasta caminar se me es casi imposible.

— ¿Quieres mi mano?

El omega observó como Jungkook le entregaba su mano para que lo ayudase a caminar, pero éste negó rotundamente.

— Caminaré como un abuelo y su bastón.

— No quiero pensar en abuelos cuando quiero comerte completo.

— Oh...

— ¿Qué pasa?

— ¿Aún quieres hacerlo...?

— Claro que sí, ¿acaso tú no?

— Yo sí... Solo que... —de pronto, el alfa camina hacia él y lo toma para dejarlo descansar sobre su hombro y así cargarlo hasta el sofá, tomando por sorpresa a Jimin—. ¡Bájame!

Jungkook dejó a su mejor amigo de espaldas sobre el sofá, y le sonrió con lascivia.

— Listo, ya llegaste al sofá.

— ¿De verdad quieres limpiarme...? —preguntó con timidez.

— Cada rastro de tus fluidos deben ser limpiados con mi boca. Sí, si quiero.

Jimin asintió y comenzó a bajar sus manos hasta el botón de sus pantalones. Por otro lado, Jungkook lo miraba como si fuese un ave de rapiña a punto de cazar su presa.

— Deja, yo lo hago por ti —dijo moviendo sus manos hacia un lado para poder deshacerse de los pantalones con más rapidez.

El omega arqueó su espalda para que los jeans salieran con más rapidez y el rubor se apoderó de sus mejillas al darse cuenta que yacía sobre el sofá solamente con una playera y boxers llenos de fluidos. Ante ello, Jungkook cerró sus ojos y olfateó profundamente, como si cada rastro de fresa y cereza estuviera llegando hacia lo más recóndito de sus fosas nasales. Era un aroma excitante.

— Mierda...

— No te quedes ahí... —musitó tímido—. Haz algo.

— Impaciente, hm. Que lindo.

El alfa sonrió y mordió su labio inferior al ver la mancha de humedad entre medio de sus piernas. Tomó con mucho cuidado la banda elástica del boxer y comenzó a deslizarlo poco a poco hacia abajo, hasta deshacerse de éste por completo.

Cherries for breakfast - mini km au. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora