Capitulo 8.

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Capitulo: 8

Algo no anda bien.

Ya han pasado tres semanas desde la partida de sus protectores. Tres semanas sin saber nada de ellos, tres semanas de mucho entrenamientos y estudios. Las clases de Samahel eran siempre a la misma hora, de 12:00 del día a las 1:30 de la tarde. Él siempre le decía a los cuatro chicos que nunca se paraba de aprender y que el conocimiento no tenía un fin exacto y si es que lo tenía él no lo conocía, pero que solo se necesitaba el necesario. El entrenamiento con el poder de cuatro había mejorado, invocarlo ya se les era prácticamente simple, y lo comenzaban hacer de una manera responsable, tanto que Samahel les confió el libro de J4, aunque Jesse era el más que lo leía. Joey muchas veces lo sorprendió en su cama a altas horas de la noche, con pequeñas bolas de luz flotando a su alrededor ayudando a su vista para poder leer en la oscuridad. Jan decía que ya parecía más un ángel de sabiduría y no un chico normal de quince años, pero Jesse solo le decía a los demás, que no dejaría pasar la oportunidad de saber todo lo que le ofrecía conocer el libro y gracias a eso, prácticamente se había vuelto muy capacitado para muchas cosas y hasta hora parecía el favorito de Samahel, algo con lo que lo molestaba Johnny de vez en cuando, solo como broma. Luego de las clases de sabiduría tomaban un receso para pasar por el comedor del castillo y comer algo, eran treinta minutos así que aprovechaban y hacían otro tipo de actividades, normalmente solo se relajaban y hablaban entre sí, aunque en los recesos la presencia de Johnny normalmente se hacía ausente después de comer, pero todos sabían a donde iba. Había tomado la costumbre de recostarse contra el gran lumbrero localizado en el medio del patio frontal. En medio del patio principal y un nuevo lugar que habían descubierto durante las semanas, ¨El jardín de fuentes¨. Era un lugar que quedaba justo a la derecha del patio principal y estaba repleto de fuentes de hermosas formas y figuras. Era el mismo lumbrero gigante que vieron la primera vez que llegaron, del que Bryan había dicho era el primer lumbrero en los terrenos. Johnny se tumbaba ahí y dibujaba todo aquello que llamaba su atención en una libreta que había sacado de las cajas de recurso. Luego de la media hora, le tocaba entrenar con los ángeles guerreros. Calariel les había asignado tres de sus mejores maestros, Rachoniel, Firanul y Rononciel, y debes en cuando él mismo aparecía en los entrenamientos, como en la semana segunda. Firanul los había puesto a correr para probar su resistencia, así que les hizo una carrera, comenzando desde el valle de entrenamiento, nadando por el colorido lago hacia el norte, hasta llegar frente a un bosque llamado ¨El bosque de los ángeles gigantes¨. El primero en llegar había sido Jan, pero casi por un pelo le gana Joey y durante la competencia se había notado claramente que ambos eran competitivos. En la pastosa orilla los esperaba Calariel con un semblante de seriedad y de desaprobación.

-Hasta la más tonta leolantura es más veloz.- comento el ángel negando con la cabeza.

-"¿Las leolanturas son tontas? pensé que eran más inteligente que él"- Dice Jan telepáticamente como un comentario irónico, el cual hizo que todos se rieran y Calariel pusiera una cara de curiosidad, pues era uno de los tantos que no sabía sobre su conexión telepática.

Los entrenamientos más indeseados siempre eran cuando él estaba, a ninguno de los chicos le caía bien, Joey intento ser tolerante con él las primeras semanas, pero ya había llegado a su límite, al igual que todos, aunque su desagrado más bien lo mantenían en secreto al igual que sus comentarios telepáticos cuando Calariel estaba cerca. Pero aparte de los malos ratos y el duro trabajo, los entrenamientos les hacía perfeccionar sus poderes de una forma sorprendente. Rononciel los ponía a entrenar normalmente en el simulador de batallas en el valle de entrenamiento, mejor dicho, constantemente. Las suficientes para que los chicos combatieran los retos con más inteligencia y concentrándose en mejorar sus habilidades. Joey había aprendido la forma de concentrar su fuerza invisible en sus manos, la cual uso en uno de los entrenamientos. Golpeo a una leolantura, liberando la energía sorprendente de su fuerza invisible y la hizo pedazos sin el mínimo esfuerzo, así que bautizo ese movimiento como ¨El puño de sansón¨ por su gran fuerza monstruosa. Jan iba un poco más avanzado, descubrió manejar una gran cantidad de ondas de energías calientes, lo suficientes para marchitar un gran bosque, en el proceso también descubrió su poder de combustión explosiva, el cual canalizaba por sus manos y al principio hacia estallar todo a su paso, pero gracias a su control en los entrenamientos logro manejarlo mejor, pero no perfectamente, pero aun así sirvió como soporte a los demás chicos ya que una vez voló la cama de Johnny en pedazos solo por sellarla y decirle al chico que el color azul era aburrido. La amistad de Jan y Johnny aun no era la mejor, pero durante esas tres semanas había mejorado algo, ambos se estaban acostumbrando uno al otro y a su forma de ser, solo que en realidad nunca tenían un momento de ¨amigos¨ más bien parecían compañeros que compartían una habitación y solo eso. Pero sus peleas y malos encuentros habían disminuido de una manera notable y agradable para los demás. Jesse por otra parte había descubierto un poder que sorprendió a los otros tres chicos, desarrollo el poder de tele transportar objetos por medio de su energía de luz, en realidad no lo descubrió en uno de los entrenamientos. Cuando estaba en la biblioteca del castillo, leía un libro sobre los orígenes de los ángeles y el de los diferentes rangos que tenían. Claro, y como ya de costumbre, comenzaba con uno y terminaba con una montaña que lo tapaba de la vista de todos, y en uno de los esfuerzos por tomar uno de los libros este desapareció en un destello de luz amarillo y se materializo con otro destello en sus manos. Al principio se confundió y entro en pánico, pero continuo practicando con él y logro manejarlo mucho mejor. En los entrenamientos desarrollo el poder de darle forma a la luz, al principio utilizaba látigos de luz, ahora prácticamente podía manipular la luz a su antojo y crear toda forma que se imaginara. En uno de los entrenamientos sorprendió con su técnica e ingenio a Rononciel, al ponerlos a combatir en el valle de entrenamiento y simular un combate en un bosque lleno de ¨Lotibojeres¨, unos demonios mitad lobos y mitad tigres, las cuales encendían sus cuerpos en llamas letales de fuego cuando estaban decididas aniquilar su víctima. El chico se escondió tras un árbol huyendo de una manada demoniaca de estos seres. Analizo lo que había leído de las criaturas en el libro de j4, y sabía que las demoniacas criaturas atacarían todo aquello puro, ¿y qué más puro que luz de ángel?, así que se concentró usando su nuevo poder, cerro sus ojos imaginándose con intensidad uno de los cientos de ángeles que había visto en el castillo, y al abrirlos, vio un cuerpo de luz. Tenía alas, cabeza, manos, piernas, lo único raro en la figura era que era muy luminosa y al mismo tiempo se podía ver a través de ella, como traslucida. Su mirada estaba perdida y no tenía expresiones, más bien parecía una marioneta. El chico se levantó deslumbrado con el ser artificial que había parado frente a él, nunca había hecho algo igual, pero muy dentro de sí sabía que si podía y al parecer estaba en lo correcto. Si Jesse se lo imaginaba moviendo un brazo, este lo hacía en tiempo real, así que su plan funcionaria a la perfección. Condujo el cuerpo de luz hacia el centro del bosque y escucho los lotibojeres acercándose.

J4 y El Rey PhoenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora