La carta de invitación se hizo presente esta mañana. Quien me la envió me disguta (en breves palabras), pero últimamente me he estado encontrando con uno de los ganadores del distrito 12.
Oh, mierda, estoy más que nerviosa. Me di cuenta de mis sentimientos la velada pasada, traté de confesarme, pero el me paro en cuanto se dio cuenta por donde iba, dijo que no quería lastimarme.
El vestido de hoy es precioso, es azul, pero un poco más claro y largo hasta arriba de la rodilla. Decidí no llevar un maquillaje tan extravagante, como es de costumbre en mi distrito, y me tomaron el pelo.
Ahora, cruzo las grandes puertas y la gente me empieza a saludar. La temperatura está considerablemente más alta acá adentro. Diviso la mesa de tragos y busco un jugo.
Mientras lo bebo no evito tratar de imaginarme lo que estarán pensando todas estas personas. ¿Pastillas para vómitar y así comer más? Es raro, lo sé. Pero lo más raro es que nadie se de cuenta de lo absurdas que son. Mis amigos han hecho uso de ellas y cuando les pregunto el porqué solo contestan con un seco: "Nunca es suficiente". No les debato, no hay nada que discutir.
-Viniste- dice una voz masculina a mi lado.
-Peeta.- Le sonrió. Quiero evitar a toda costa cualquier charla sobre lo que pasó hace, más o menos, dos semanas.- ¿Ya viste a la señora de por allá? Tiene al rededor de 45 años y ha bailado desde que llegue. Se ve tan feliz. Quiero ser como ella cuando mayor.- Trató de interrumpirme, asumo el porqué. Los nervios me consumen, estoy diciendo cosas estúpidas e innecesarias.- O al señor de ahí, es un amargado. Le dij- me corto.
-¿Podemos hablar un segundo afuera?
Analicé su cara, se veía algo arrepentido y sus ojos estaban un poco apagados. Vi más al fondo y me di cuenta que le urgía ir a hablar.
-Por favor, Olivia- pidió.
-Sí, vamos, total ya me estaba dando calor.
Eso fue obra de mi boca y lengua, no de mi cabeza.
Llegamos y me condujo a un lugar aislado.
-Se... de que quieres hablar. Yo me precipite mucho la vez pasada. Lo lamento.
-Yo lo lamento; fui un tonto. No creí tener tanta suerte de que me llegaras a querer, Liv. Pero vivimos en distritos distintos, es imposible, nuestras costumbres, todo lo es.- Hizo un gran énfasis en el todo. Fue directo al grano porque yo lo hice, y eso, por lo menos, alivio un poco la tensión. Esto se siente como si nos hubiésemos traicionado.
En el fondo se que tiene razón. Es decir, vivo en el distrito 2 y el en 12, nuestras crianzas fueron polos opuestos, nuestras vidas enteras son polos opuestos. Pero no puedo simplemente hacer caso omiso a lo mucho que se me acelera el corazón cada que esta cerca, al como lo admiro, al como podemos reírnos toda una noche sin decir mucho. El siente lo mismo que yo, lo dijo. Cree que no hay nada que hacer "por que no quiero lastimarte" "por que...
-¿Es imposible?
-Las estrellas no nos iluminan, Liv. Las escribieron para eso. Estoy enamorado de ti, quiero estar contigo, solo no quiero herirte- dijo con lastima.
-¿Qué es lo peor que podría pasar si las reescribimos?-. Quiero aceptar el riesgo. Porque es la clase de riesgo que me hace sentir una bardada de mariposas dentro.
-Somos distintos, esta claro ¿Realmente seria mejor si fueramos iguales?. Sabes que te quiero, no es un secreto que trate de ocultar. Sabes que me quieres. Dices que no está en las cartas y el destino está alejandote millas y fuera de mi alcance, pero tu estas oyendo mi corazón. Así que, ¿Quién puede pararme si decido que tu eres mi destino? ¿Y si reescribimos las estrellas?
Pensó un momento, se que esta contemplando el riesgo de esto. El es un vencedor, los ojos del Capitolio estarán en nosotros, pero creo que le acabo de dejar más que claro lo mucho que anhelo estar con el. Aceptando los riesgos.
Me tomó de las manos y respondió:
-Tu eres a quien debía encontrar- dijo viendo cada detalle de mi cara. Me tocó una mejilla y sonrió.- Reescribamos las estrellas, quizás las palabras podrán ser nuestras, esta noche.
Lo entendio. A ambos se nos iluminaron los ojos.
Sonreí, comprendo todo lo que quiere decir.
El se acerco un poco más al punto que nuestras respiraciones se hacieron una. Me beso el pómulo, luego la ceja y nariz, cuando se acercó a mi boca esperó un momento, buscando aprobación. Algo nerviosa, me acerque, logrando juntar nuestros labios. La bardada de pájaros dentro de mi exploto en mil pedazos, generando un cosquilleo al estrellar.
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holiii actualice oksss jajsjajs espero les guste esto como con la canción, porq tngo más en mente uno con finnick jeje.
Muchas gracias por todo el apoyo que me han dado ♡ 13k es muchísimo, gracias ♡♡♡
