Las Cruzadas Oscuras

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Un gran tren se avecina rapidamente a las afueras de la ciudad de La Acera, miles de trabajadores preparaban para descargar el envio, resguardados por una muy fuerte seguridad. El tren estaba hasta el borde de cajas y contenedores rodeados por un espeso humo negro que salia de las chimeneas repartidas a travez de todo el tren, si uno lo viera de noche, pareceria una bestia.

entre los soldados que esperaban la llegada del tren, se destaca un al que apodan "Muro", un bruto de enorme tamaño, no muy inteligente, pero bastante astuto y soldado formidable, segun lo que el mismo cree, este se colocaba parado en una supuesta fila en la parte trasera del edificio, vigilando que nadie entre.
Se podria decir que el sol ya estaba secandoles las gargantas a los soldados, pero el cargamento ya estaba muy cerca como para ir a refrescarse, en muy poco tiempo, la gente iba a llegar a montones y el personal iba tener que detener la estampida. Muro, se las habia ingeniado y habia traido una o dos botellas, aunque la escondio muy bien entre su peto (el trozo de metal exterior que va despues de las ropas de cuero) para evitar que sus compañeros se la robaran o que los oficiales le molestaran por beber en tiempo de servicio.

Era el momento perfecto para tomar un poco, aunque sea unas gotas, el calor era insoportable, muro, retrocedio un segundo y rapidamente entro al edificio, abrio una botella y tomo el equivalente a media botella, Planeaba racionar las dos botellas para que le duraran todo el dia, <que astuto de mi parte> penso, pero, algo andaba mal, empezo a subir la temperatura muy rapido, miro alrededor y vio como sus botellas de agua empezaban a hervir. Explosiones empezaron a oirse afuera, junto con gritos de dolor, los frenos del tren y el reconocible crujido del fuego.

Muro no dudo, desenvaino su espada y rapidamente avanzo afuera, una bola de fuego del tamaño de un coco rozo su cabeza y exploto en la pared detras de el, lanzandolo afuera del edificio, muro, ahora prendido fuego, lanzo su armadura en llamas, y levanto su espada a ver a que debia enfrentarse, un infierno de llamas se presento delante de el, el tren habia descarrilado, habian muchos soldados heridos y docenas de magos blancos y rojos les rodeaban, muro tenia que actuar rapido, en un abrir y cerrar de ojos, los magos dispararon en su direccion muchos proyectiles de fuego. El soldado solo pudo bloquear algunas antes de que estas impactaran con su casco y su escudo, lanzandolo hacia atras. Entre los escombros, Muro se pregunto porque estaba pasando esto, pero no era tiempo de preguntarse cosas, con el brazo donde estaba su ya destrozado escudo, levando un pedazo de escombro y lo lanzo hacia los magos, tumbo a uno o dos, antes de el mismo avanzar corriendo hacia ellos. La batalla era feroz, los soldados tenian la ventaja cuerpo a cuerpo pero les era dificil acercarse sin arder en el proceso, Muro logro abrirse paso entre los proyectiles y asesto un plomazo de su espada contra un mago, este, se desarmo como si estuviera hecho de pasto, y solo quedo su atuendo tendido en el suelo. Muro sabia que esto eran malas noticias, solo habia un tipo de magia capaz de hacer esto y quedarse ahi era una pena de muerte. En panico, destrozo otros dos muñecos antes de retroceder corriendo hacia el tren, gritando advertiendo a sus compañeros del peligro, se dirigio a toda velocidad hacia el tren, antes sino de que el silencio dominara la escena, todo se paralizara y  el cielo manchado por el humo oscuro del fuego se tornara completamente negro.

El eco de pasos se escucharon por el lugar, Muro es ruido de un sable cortando la carne, los gritos ahogados de sus compañeros seguidos del reconocible olor metalico de la sangre, Muro estaba a metros del tren, casi nada mas como para poder tocarlo con la mano si estirace el brazo, en este aterrador pseudo silencio, una pregunta colmaba la mente del soldado, <¿Por que esta pasando esto?>, al volar la puerta del tren, su pregunta fue correspondida, una figura similar a la de un humano surgio del tumbado tren, lo observo desde la alturas del tren, y le sonrio, antes de que muro sintiera el filo del sable de quienquiera que sea causo todo este infierno, Muro maldijo todo lo que pudo, pero las palabras no salian y todo acababo tan rapido como habia empezado.

El sonido de unos dados hacian eco en la oscuridad, Muro, en el suelo, abrio los ojos, un ser dorado se encontraba al lado de el, lanzando dados sobre una mesa y anotando los resultados en un papel, lanza los dados, levanta la pluma, y anota, apoya la pluma, lanza los dados, levanta la pluma y anota. El soldado, consiguio mover los brazos, pero antes de conseguir levatarse, la entidad se levanto y dirigio hacia el.

<No deberias levantarte>
La voz de este ser reboto en la cabeza del soldado, como si varias personas hablaran al mismo tiempo.

<¿Donde estoy?> Pregunto Muro, sentia que estaba delante de una deidad, y esta le contesto.

<Haz muerto, Pero tu vida todavia no ha acabado, pues yo he de tener un recado para usted, soldado> Le contesto el Ser dorado y acercando mas su cabeza al hombre prosiguio <hay una cosa que todavia debes hacer, me asegurare se que eso sea posible, el resto esta en tus manos>
Muro trato de levantarse para preguntarle algo, pero un el fuerte silbido de sus timpanos lo devolvieron de su sueño.

Al despertarse, alguien lo estaba sacudiendo, apenas podia moverse, al abrir sus ojos, vio a una maga, que estaba robandole sus cosas.