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-Hace cuánto trabajas de esto?- Me preguntó el rubio -Uuhh hace muchísimo, a los 16 empecé a aprender- -Posta?- dijo sorprendido -Si boludo, igual practicaba con la máquina de los papás de mi mejor amigo. Porque yo era un re quilombo cuando era pendeja y estaba siempre en la casa de mí amigo y los papás eran tatuadores- -Ah re lindo- -Sisi, igual la primera vez que tatue a alguien fue a mí misma, mí vieja se dio cuenta tarde igual porque era chiquito, pero cuando lo vio casi me mata- Los dos nos reímos -Y tenés muchos tatuajes?- -Nono, me gustaría tener más, tengo 10. Hoy justo me hice cuatro, acá en el tobillo me puse el año que nació mí papá, en la mano me puse "Alma Libre" y me puse una M por Michelle, que es mí hermanita y en el antebrazo me puse "Oktubre", después tengo 1 en la clavícula más viejito y otros chiquitos que use para practicar cuando empezaba-
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-Eu son bastantes igual- Dijo observandolos y rozando sus dedos contra la piel tatuada que le mostraba -Sisi, después tengo dos más escondidos, que no te los puedo mostar-
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-Uuhh yo los quiero ver- dijo riéndose -Ay Guido!- -Sos re mala conmigo- dijo haciendo puchero -Sos un tarado- Le dije pegándole suavemente en el hombro haciendonos reír a los dos. -Bueno che, vamos yendo!- Dijo Gastón saliendo del local con Pato atrás -Bueno bueno- Dijo Guido parándose -Chau Male, Chau Mica- Nos saludo Gastón -Chau, nos vemos!- -Chau Linda- Le dijo Pato a Mica -Chau Male, gracias por todo, nos vemos!- Me dijo a mí -Chau Pato, cuídate y cualquier cosa si vez algo raro en el tatuaje me avisas- -Chau Morocha, nos vemos- Me dijo Guido dándome un beso en el cachete y después mirándome a los ojos -Chau Rubio- Le dije yo y esperé afuera del local a qué se fueran todos. Con mí amiga nos miramos cómplices las dos esperando a que alguna diga algo -y eso? "Ay chau linda!- dije riéndome de mí amiga -Bueno che, Guido no se quedó atrás "Chau morocha" "Chau rubio", terribles chamuyeros los hermanitos- -Bueno decile a Pato que lo cuide a Guido porque se lo robo en cualquier momento- A las 6 cerré el local y me fui a mí departamento. Saludé a mí hijito perruno Pity, un perro salchicha muy gordito y gracioso. -Hola gordito hermoso, como estuviste?- le dije hablándole como bebé mientras le hacía mimos en el piso. Me fui a bañar antes de dormir y cuando salí me saque una foto
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