"¿una promesa o un ancla? "
---------------------------------------------------El temblor de mi cuerpo cuando inicia otro día, el aroma a lo que yo persivo como "amanecer" y las muchas voces qué al solo despertar ya se escuchaban en mi cabeza... Eso era todos los días cuando comenzaba mi día...
-Qué hora es?... - pregunte para mi misma, ya que no había nadie en mi habitación aparte de mi- Son las 4 am?... Dios... Aun faltan 3 horas para que llegue la hora de mi primera clase....
Lo normal de mi rutina, despertar temprano en la madrugada para arreglarme y de ahí ir a la preparatoria, solo que ahora me levante demaciado temprano, aun acostada miraba a mi alrededor, mi cuarto no tenía nada de especial, eso lo odiaba... Bueno, que no odiaba?... Odiaba mi vida y mi simple existencia... Aun así ahí estaba yo, admirando la nada, después de unos minutos de pensarlo decidí hacer lo que me costaba todos los días, levantarme de la cama.
-bien... Comienza otro día de m*erd4....
Como si fuera escuchado mi comentario, mi madre me comenzó a gritar mientras tocaba mi puerta, a mi parecer sentia como si la quisiera tirar abajo con esos golpeteos...
-NICOLE YA ES TARDE COMO PARA QUE SIGAS DORMIDA!, SI NO TE DESPIERTAS TE VOY A DESPERTÁR CON AGUA FRÍA! -gritaba incesantemente-
-Si mamá!, te escuche... -lo último lo dije lo más bajo que pude-
Supongo que ella entendió, deje de escuchar sus insistencias y dejo de golpear, así que tome una toalla y me coloque unas sandalias, aclaramente me tenía que duchar, un viejo hábito qué supongo jamás hiba a desaparecer, lo hacía desde pequeña y la verdad a mi madre le gustaba eso, a mi en lo particular no, el agua de la mañana siempre era fría y sin miedo puedo decir que un día de estos me iba a dar hipotermia a causa de ello.
-bien, que comience el martirio de hoy.... - dije abriendo la puerta de mi cuarto para dirigirme al baño-
Durante los escasos minutos de recorrido del cuarto a él baño escuchaba gritos de mamá, cosas de todos los días, al menos para mi... Más que nada preguntas, como;... "lavaste la camisa que te pedí?", "las libretas de Caleb están en su mochila?", "Charly tiene una exposición mañana, puedes ayudarle?, yo no tengo tiempo".... Ese estúpido "yo no tengo tiempo"... Lo escuchaba cada mañana, ella lo usaba para escudarse en el, como si yo tuviera todo el tiempo del mundo... Para ella así era, yo solo estudiaba y ella?.... Ella tenía que trabajar todo el día para que a mi y a mis hermanos no nos faltara nada... O eso decía ella... Yo sabía que nos faltaba... Una madre y un padre, eso faltaba en esta casa.
Cuando por fin llegué al baño entre sin prisas, deje caer la toalla en el gancho de la pared me mire en el espejo y casi al instante deje caer las primeras lagrimas, odiaba mi cara, mi nariz era redonda, "algo caída pero respingada" recuerdo que eso decía mamá, mis labios eran gruesos y casi sin pigmento, mis mejillas siempre eran rosadas casi de manera natural, de tanto pasar mis manos por ellas quitándome las lágrimas era normal que se enrojecieran, mis ojos eran de las pocas cosas que yo amaba de mi junto con mi cabello y mis manos, estos eran algo rasgados, mis compañeros decían que era un rasgo asiático qué algún antepasado mio me heredó, mi cabello era oscuro como la noche, era entre negro y violeta, en sí, era chino cuando era niña pero al crecer se quedo solo ondulado, tenía el pelo corto, justo a los hombros, y a causa de esto se me esponjaba mucho más cuando despertaba en las mañanas, si, en efecto, era una bola de pelos con patas.
Sin dejar de llorar mire mi cuerpo, en si era delgado, pero como no iba a serlo, había dejado de comer con normalidad, se podían notar mis costillas, pero no comía no por que no quisiera, la culpa era de ellos, ellos hicieron qué las comidas fueran 3 cosas; un premio el cual no todos tenían derecho en esta casa, un castigo puesto que comer con ellos eso era, todo el tiempo con los modales y las críticas sobre la mesa, y la última, la soledad, no era un secreto para ninguno qué eso sentíamos todos cuando estábamos sentados sobre esa mesa de madera.
Mis ojos seguían llorando de seguir viéndome, así que me aleje del espejo y me comencé a quitar las prendas que habían sobre mi, mis manos desataron los nudos de mi cabeza donde se suponía que estarían mis ligas, estas estaban enredadas sobre mi cabello.
Y así, ya desnuda frente a la cortina de la regadera decidí entrar por fin.
Abrí la regadera con cuidado de no mojarme más que las manos y los antebrazos, como lo pensé, esa maldita agua estaba helada.
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"Mañana es el cambio... No?... "
RandomTantas cosas por decir, actuar o pensar, tanto que hacer y tanto por cumplir, el olor a amanecer por las mañanas y el infierno qué se podía llegar a vivir día con día en esta casa, así es como nos adentramos a esta historia que no se sabe si tendrá...