Durante los próximos días la situación no mejora. Siguen sus fiestas y sus entrevistas y yo languidezco cada día un poquito más, cada día más hundida en el sofá de su casa. Siempre llega cansada y sin ganas de hacer el amor o llega tomada y entonces soy yo la que no quiere hacerlo. Y no es la falta de sexo lo que más me entristece. Es la falta de afecto. Compartimos casa y probablemente también compartamos amargura. Yo la aburro con mis demandas y mis reproches y ella me aburre con sus excusas y su desatención. Estoy sumergida en un círculo vicioso del que no puedo salir. No me gusta mi vida con ella, pero no me imagino tener que vivir sin Kenia.
Hoy es sábado y he bajado a la calle a comprar el periódico y unos croissants para el desayuno, cuando veo su rostro en la portada de una revista. La compro y le echo un vistazo. No puedo más. Cuando llego a casa, ella se levanta de la cama en ese momento y al mirarme a la cara, sabe que algo no va bien.
-¡Oh, por favor! -me dice antes de que yo haya abierto siquiera la boca-. ¡Qué pasa ahora! ¿Qué he hecho para que traigas esa cara de vinagre?
Como respuesta, le alcanzo la revista que he comprado y paso de largo en dirección a la cocina. Será mejor que me tranquilice un poco, porque como me ponga ahora a discutir con ella, seguro que voy a decir cosas de las que me voy a arrepentir. A los diez minutos entra en la cocina.
-Vale, relájate -me dice entonces poniendo la revista encima de la mesa-. Esto no son más que estrategias de promoción, técnicas de marketing-
-¿Promoción? -digo furiosa cogiendo la revista de encima de la mesa y agitándola entre nosotras.
-Bueno, los productores de la serie pensaron que la audiencia subiría si los dos protagonistas comenzáramos también un romance en la vida real. Es solo un montaje -dice seguro que, con intención de tranquilizarme, pero yo ya estoy a punto de reventar.
-¿Un montaje? ¿Y tenéis que hacer ese montaje besándoos en un restaurante? ¿Alojándoos en la misma habitación de hotel? ¿Pasando juntos la noche? -digo cada vez más indignada.
-Te estoy diciendo que es solo un montaje -me chilla-. No pasó nada. Sabes muy bien que a mí no me gustan los hombres
-No se trata de que te gusten los hombres o no te gusten, se trata de hasta dónde estás dispuesta a venderte para subir un peldaño más en el escalafón de la fama -digo con rabia.
-No entiendes nada. No quieres entender nada -ella continúa chillándome y es alucinante, yo que soy la agraviada, intentando mantener un tono respetuoso y ella chillando cono una loca...
-Lo único que no entiendo es por qué mi novia aparece besándose con un hombre en la portada de una revista -digo dejando caer el magazine de nuevo sobre la mesa de la cocina.
-No, tú lo que no entiendes es que si estás conmigo, debes de aceptarme tal y como soy, debes apoyarme en mis decisiones -me dice con rabia.
-Y a mí ¿quién me apoya? -yo estoy a punto de romperme, pero no quiero llorar, no delante de ella-. Llevo meses viviendo tu vida, en la que cada vez hay menos hueco para mí. No soy yo quien debe ordenar sus prioridades
-Qué quieres que te diga...Haz lo que quieras -me dice cansada de mi actitud.
-Pero yo lo que quiero es estar contigo, estar como estábamos antes, salir a pasear contigo de la mano, mimarte y dejar que me cuides, quererte y que me quieras -digo y en ese momento estoy casi segura de que no se puede tragar más, de que no se puede caer tan bajo.
-Mi vida ahora es esto. Qué quieres que te diga. Haz lo que tengas que hacer, pero no me vuelvas loca con tus lamentaciones y con tus exigencias -zanja la conversación.
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A fuego lento (Juliantina AU)- Adaptación
FanfictionKenia apareció en la vida de Valentina y la puso patas arriba. Pero tan abruptamente como entró, salió de ella. Juliana, entones, se convierte en su paño de lágrimas. ¿Logrará Juliana salir de la friendzone de Valentina, como ella desea? Esta histo...