1. Mentiroso.

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Jimin sintió una idea germinar en su mente al rememorar el día en que experimentó la sensación de unos brazos envolviéndolo, a pesar de no haber nadie físicamente a su lado. Estaba convencido de que se trataba de una presencia espectral, algo que ya no pertenecía al reino de los vivos. Descartaba la posibilidad de estar enloqueciendo, ya que la vividez de esa experiencia no podía ser simplemente fruto de su imaginación.

Inocentemente, le compartió sus preocupaciones a su esposo, Lee Joonho, con la esperanza de recibir un comentario reconfortante. Anhelaba algo que le brindara seguridad y lo tranquilizara, no sentirse como si estuviera perdiendo la razón. Sin embargo, esa expectativa resultó ser demasiado optimista.

— Eso te pasa por dibujar tantas veces esas estupideces. — Le dijo, apenas terminó de contarle lo que le había sucedido en su estudio.

En la cálida atmósfera de la cocina, Jimin y su esposo se sumergían en la rutina matutina, deleitándose con el café humeante en la pequeña mesa junto a la ventana. Pero, a pesar de la hermosura del momento, Jimin percibía un cambio drástico en la dinámica; su esposo, a quien solía disfrutar teniendo a su lado, mostraba últimamente un tono antipático que complicaba cualquier intento de entablar una conversación amigable.

— No tiene nada que ver, dibujar es mi trabajo. — Se defendió rápidamente, arrugando la cara en un gesto de disgusto.

— Dibuja algo con más sentido, si sigues haciendo cosas tan feas, perderás la cabeza.

Jimin experimentó un golpe directo a su confianza y autoestima al escuchar las críticas despectivas de su esposo, Lee Joonho. La incomprensión ante la actitud negativa hacia su arte, una parte fundamental de su vida y fuente de inspiración, generó una tensión palpable en la cocina. El incómodo silencio llenó el espacio entre ellos, dejando una atmósfera cargada de frustración y desconcierto.

Jimin apretó su labio inferior, conteniendo la frustración y el coraje que bullían en su interior. Anhelaba que su esposo captara la trascendencia de su arte y el profundo significado personal que encerraba. Aunque se esforzaba por hallar las palabras precisas, cada intento de expresión parecía atascarse en su garganta.

Finalmente, alzó la vista hacia Joonho, anhelando descubrir algún indicio de comprensión en sus ojos. Deseaba que su esposo trascendiera las fachadas externas y comprendiera la imperiosa necesidad que sentía de explorar su vena creativa.

— Mi arte es una forma de expresión, una ventana a mi interior. No puedo simplemente dejar de hacerlo porque no lo entiendes o no te gusta. Es parte de lo que soy y me ayuda a entenderme a mí mismo. — Dijo Jimin, su voz temblando ligeramente por la emoción que sentía.

A pesar de la sinceridad de Jimin, Lee Joonho suspiró con expresión de frustración.

— Lo siento, Jimin, pero simplemente no puedo entender por qué te aferras tanto a esa pasión tuya. No veo el propósito ni el valor en tu arte. Me parece una pérdida de tiempo y energía. No puedo apoyar algo que no entiendo ni valoro.

Las palabras de Joonho golpearon a Jimin con fuerza. Se sintió herido y desanimado, y la brecha entre ellos parecía ampliarse aún más. A pesar de sus esperanzas de recibir comprensión y apoyo, Joonho no estaba dispuesto a cambiar su perspectiva.

Jimin sintió una mezcla de tristeza, frustración y enojo. No podía entender cómo su esposo no podía reconocer el valor y la importancia que tenía el arte en su vida. La pasión de Jimin por el arte era algo que lo definía y le daba un sentido de propósito.

— No entiendo cómo puedes menospreciar algo que es tan significativo para mí. — Respondió Jimin con voz entrecortada, luchando por mantener la calma —. Mi arte es una parte esencial de quién soy. Me permite expresar mis emociones, explorar mi creatividad y conectarme conmigo mismo. No puedo simplemente abandonarlo porque no lo entiendes o no lo valoras.

EPÍGRAFE お化け KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora