6. Manipulación.

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Lo último que recordaba era un terrible aroma a putrefacto, como a un cuerpo podrido desde hacía mucho tiempo al menos le daba la idea de qué se trataba del olor de un cuerpo en descomposición. También recordaba ojos grandes y blancos que lo miraban directamente a pesar de no tener un iris, su cuerpo se había congelado por completo y su piel se había erizado. Nunca había tenido tanto miedo como en ese momento, y le pareció un milagro no haberse orinado.

Cuando volvió a abrir los ojos estaba recostado en un sillón, ahora el aroma era el de un rico café por la mañana y tal vez tostadas con mantequilla derretida. Escuchaba música por algún sitio, pero no sabía de dónde provenía exactamente, era el tipo de música que le hacía recordar a esas películas inspiradas en la Segunda Guerra Mundial.

— Vaya, ya has despertado. — Jimin estaba sentado frente a él, sonriendo mientras bebía su café y masticaba sus tostadas. Las ojeras bajo los ojos de Jimin seguían siendo notorias.

— ¿Qué ha pasado? — Se sentó en el sillón, llevándose una mano a la frente, sintiendo como si le martillaran la cabeza.

— Vecino, se ha desmayado.

— ¿Desmayado?

— Sí, parece que se ha sentido mal, tal vez se le bajó el azúcar. Tiene que comer un poco más.

El hombre se sentía confundido y desconcertado por lo que estaba experimentando. No estaba seguro de si estaba alucinando o si lo que veía era real. Nunca antes se había desmayado, por lo que esta situación lo impactó profundamente. Lo que más lo desconcertaba era la actitud aparentemente tranquila de Jimin. Observó cómo Jimin parecía estar completamente imperturbable, como si no le importara en absoluto la situación por la que estaba pasando él.

— ¿No le has avisado a nadie? — Preguntó, porque Jimin incluso le parecía apático.

— No he salido de casa… sería peligroso.

— ¿Peligroso? — El hombre sintió que se le congelaba la sangre — ¿A qué se refiere, vecino?

— Dejarlo solo sería peligroso, porque se desmayó, me refiero a eso.

Jimin se levantó de su asiento y se acercó a la ventana de la sala. Desde allí, observó el lento vaivén de los árboles en el patio de su casa. El viento soplaba suavemente, agitando las ramas, mientras el cielo se teñía de gris. Era evidente que la lluvia se acercaba, aunque podría ser que no llegara. En ese momento, una sensación de melancolía envolvió todo a su alrededor.

— Me iré a casa. — El hombre se puso en pie, sintiéndose extremadamente mareado. Tal vez realmente había imaginado todo y simplemente estaba muy enfermo.

— Visite el médico, es peligroso desmayarse repentinamente. Podría ser cualquier cosa.

— Muchas gracias, vecino. Espero que se cuide y lamento asustarlo al desmayarme en su casa. — Dudaba de que Jimin se hubiese asustado, estaba bebiendo café, comiendo como si nada, pero parecía lo correcto por decir. Era una situación incómoda, estaba desorientado y simplemente deseaba pronto atravesar el umbral de la puerta.

Con prisa, el hombre se encaminó hacia la salida, lanzando una última mirada a esa casa que le producía una sensación tan desagradable. Percibió una carga pesada en el ambiente, como si algo aplastante apenas le permitiera respirar. No podía identificar qué era exactamente, pero sabía que no se trataba sólo de Jimin; era como si Jimin fuera una víctima de las circunstancias. Decidió marcharse rápidamente para no verse afectado por esa extraña sensación, cerrando la puerta con suavidad tras él y prácticamente corriendo por el patio para llegar a su propia casa.

Jimin se encontraba en un estado de semi-confusión, sumergido en sus propios pensamientos. Había momentos en los que lograba sentirse plenamente consciente, pero otros en los que todo a su alrededor le resultaba incomprensible, como si estuviera bajo el influjo de alguna droga. Su dependencia de la cafeína se había vuelto evidente; la necesidad de mantenerse despierto lo dominaba. Aquel deseo de vigilia constante lo llevó a considerar, aunque sin una razón clara, la posibilidad de recurrir a drogas más fuertes para lograrlo.

EPÍGRAFE お化け KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora