Unα ıngenıosα trαmpα

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Caminaba un poco intranquila por la galería Gourmet, de noche se veía un poco más tenebrosa. De 20 monedas solo tenía 5 ¿Cómo llegué hasta ese punto? No iba gastar esas pocas monedas que quedaban en hospedaje

Quizás en la mañana divague por la basura y encuentre algo. Sentada en una banca solitaria frotaba mis manos para crear algo de calor, sin existo saco una bufanda de mi pequeña mochila

Intento ponerme cómoda en la banca pero... era imposible, cansada comienzo a cerrar los ojos ¿Qué soñaré hoy?

A lo lejos escuché un pequeño ladrido de perro y decidí ignorarlo, este ruido se hizo cada vez más fuerte hasta sentir a mi lado una figura

Saltó del susto y veo a un perro mordiendo mi bota

—Perrito bonito, ¿Puedes dejar mi bota en paz?— Muevo mi pie con esperanza que me suelte, pero no lo hace. Con un poco de desesperación muevo más rápido mi pie y su mordida se hace más fuerte

—Quieto— Grita un señor que sale de la nada. Que miedo— Siéntate— El perro se aleja de mí y obedece al señor. El señor alto y gordinflón se acerca y el perro retrocede

—No planeas quedarte a dormir ahí, ¿O si?— Pregunta y apunta a la banca con su dedo índice

Insegura pienso que decir— Pues si— Sonrío nerviosa—Mañana por esta hora buscaré un trabajo—

—Mañana a esta hora estarás convertida en hielo hija—

—No lo creo, no hace tanto frío— Miento. Una pequeña brisa pasa por mi cuerpo y comienzo a temblar

—Bueno, yo creo que no hace mucho frío para pasar la noche aquí— Se voltea y me sonríe

—Si.. pero desafortunadamente no tengo suficiente dinero para rentar una habitación— Bajo la mirada y doy una pequeña sonrisa

—Es una lástima escuchar eso, pero estás de suerte, conozco a alguien que tal vez podría ayudarte— Sonríe

—¿Si?— Minutos después caminábamos por las calles oscuras, él con mi pequeña maleta y yo con mi mochila en brazos

El perro corría feliz y yo alado del señor alto, nerviosa miraba a todos lados

— hemos llegado, señorita Whitman— El perro corre hacia dentro de una casa realmente grande pero.. un poco descuidada

—Quita tus patas mugrosas de mi puerta, perro sarnoso— Escucho el grito de una señora dentro, y este ríe yo hago una mueca y me paro frente a la puerta— Si eres tú bleacher, espero que traigas mi ginebra

— traje algo mejor que la ginebra, señora Fregoso— Este se para frente a la puerta y de una pequeña rejilla se abre y deja ver solo los ojos de la mujer—Un huésped— Se hace un lado y me deja ver, doy una pequeña sonrisa y ella suavizó su cara

—Ahh, ¿Por qué no me dices?— Pronuncia con voz un poco chillona. Comienza abrir la puerta— Pase usted señorita, bienvenida a Fregoso y lejías casa de huéspedes y lavandería póngase cómoda— Entro y inspeccionó todo el alrededor, un poco viejo, tierra por muchos lados, madera vieja, pero comoda— Puedes calentarte, por ahí está la chimenea, ¿ginebra?

—No muchas gracias, no tomo— Frotó mis manos en el fuego

—Entonces un vaso de chocolate caliente no estaría mal— Asiento feliz— Noodle— Grita y una pequeña niña aparece detrás de ella— Deja ese libro y sírvele a la huésped un chocolate caliente— Le sonríe y la niña con una sonrisa fingida asiente y se va

—Muchas gracias señora frogoso, son muy amables—Ella ríe. La pequeña niña vuelve con dos vasos, le da primero a la Sr. frogoso y viene hacia mi. Tomo el pequeño vaso y le sonrío a la niña— Gracias— Le susurro, ella sonríe y se va. Bebo el chocolate y sonrío—El chocolate no es de mi agrado, pero este es muy bueno

ᵁᶰ ᶜʰᵒᶜᵒˡᵃᵗᵉ˒ ᵘᶰ ᵇᵉˢᵒˑˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora