HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
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CAPÍTULO VEINTIOCHO «Partido de Quidditch»
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Los días pasaban lentos y el frío comenzaba a infiltrarse en cada rincón del castillo, anunciando la inminente llegada del invierno. Madelyn y Theodore compartían el desayuno en el Gran Comedor, acompañados poco después por Pansy, Blaise y Daphne. El murmullo matutino de los estudiantes se sentía distante mientras los cuatro Slytherin se concentraban en sus propios asuntos.
—Muy bien, necesito su ayuda. —anunció Madelyn, su voz cortando el suave tintineo de las cucharas contra los platos. Los otros tres la miraron, dejando sus desayunos a un lado.
—Por supuesto, si está a nuestro alcance, claro. —respondió Blaise, tomando un sorbo de jugo de calabaza con su habitual aire despreocupado.
Ella dudó un instante, buscando las palabras adecuadas.
—Luna no hace mucho me habló sobre unas... criaturas que le roban sus pertenencias y luego se las devuelven de una forma un tanto extraña —dijo lentamente, observando la reacción de sus amigos—. Pero sospecho que no son esas criaturas.
Pansy se inclinó sobre la mesa, con los ojos entrecerrados por la curiosidad.
—¿Qué estás tratando de decir exactamente?
—Son alumnos quienes la están molestando —explicó Madelyn, un matiz de indignación en su voz—. Pero ella es tan... inocente, que no se da cuenta de lo terribles que pueden ser algunas personas.
Theodore arqueó una ceja, pensativo.
—¿Y quieres descubrir quiénes son?
—Exacto. Y para eso necesito de su ayuda... —hizo una pausa, su mirada fija en algo más allá de sus amigos.
En ese preciso instante, un estruendo de voces elevadas resonó desde afuera del Gran Comedor. Una discusión acalorada que interrumpió la tranquilidad matutina. Los cuatro Slytherin se levantaron de sus asientos casi al unísono, la curiosidad y una punzada de preocupación mezclándose en sus rostros. Salieron rápidamente del comedor, siguiendo el creciente alboroto, para descubrir el origen del conflicto.
