[universo 4] Un placer conocerte.

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¿Se puede conocer a una misma persona varias veces? ¿Re-conocer? No todo el mundo tiene tanta suerte.

Creo que si, es que la familia de ella vivía en Madrid y fue compañera de escuela de Maria hasta los nueve años. Luego, su padre consiguió trabajo en una firma en Zaragoza y se fue.

Es interesante como mirando hacia atrás la encuentro en mis recuerdos, parece otra vida.

La primera vez que fui al cine fue con María y Amelia, siempre cuidaban de mi. Amelia me invitaba de sus chucherías y me sacaba una sonrisa.

También solía ir con ambas al parque, creo que si no fuese por ellas nunca hubiera aprendido a andar en bicicleta. Mi padre era super super sobreprotector, pero tenía debilidad por aquella niña de rizos que justificaba todos mis errores.

Cuando pienso en cómo nos volvimos a conocer se me hace difícil no creer en el destino.

Maria se había pillado por un chico baterista, de esas bandas malisimas que recorren bar tras bar intentando hacerse un nombre. Y ahí estaba yo, acompañandola a cada bolo que podia, muchas veces sin la autorización de mis padres, escuchando como el vocalista destruía cada canción.

Hasta que una noche de sábado apareció ella. O deberia decir, volvió a aparecer en nuestras vidas.

No se cómo el vocalista se puso malo, quizas beber una botella de Jägermeister todas las noches fue la causa. Ya habían pagado para tocar en ese local y no tenian la opcion de cancelar. Ignacio llamó a su amiga de la universidad que se había mudado a Madrid hace poco.

Esa chica me cautivó desde el primer momento. Llevaba una chaqueta de cuero y el pelo semi recogido.

Sentir su abrazo cuando me saludó por primera vez fue como ser envuelta en un rayo de sol. Reconoci a los segundos que era Amelia. Había cambiado mucho, bueno, habían pasado casi diez años.

Pasó el tiempo y a los meses se convirtió en una de las mejores amigas de mi hermana, tenían la misma edad, diecinueve años recien cumplidos y los mismos intereses. No era raro verla algunos domingos en casa con mi familia viendo un partido de fútbol.

Amelia se había convertido en la clase de chica por la que los chicos y las chicas se derretían. Tenía una personalidad atrapante, las personas que la conocían deseaban estar junto a ella todo el rato. Pero no era perfecta, tenía un problema con nombre y apellido.

Su novio del momento, Sebastián, no la valoraba y la trataba fatal. Recuerdo escuchar como le contaba a Maria sus problemas amorosos. Yo no sabía nada del amor, tenía dieciséis y cero experiencia. Nunca había salido con nadie, ni chico, ni chica.

Por alguna razon cuando Amelia hablaba de ese chico me daban ganas de darle puñetazos a la pared de la sala de estar.

Algunas veces se quedaba a dormir en casa y compartíamos habitación. Mi hermana y su novio eran insoportables. Al menos con Amelia empezamos a hacernos amigas y me contaba como iba su relación, me hervía la sangre de solo pensar en ese idiota.

-¿Te puedo preguntar algo? -le pregunté antes de dormirnos esa noche.

-Dime Luisita.

-¿Por que sigues con el? -suspire en frustración.

-No lo sé.

- ¿No lo sabes? Deberías dejarlo.

-No es para tanto -respondió con voz baja.

-¿Que tiene el que no tenga alguien más? -pregunté mirando al techo intentando que no se notase lo irritada que estaba- No logro comprender.

A los diecisiete Amelia me gustaba, me gustaba cada vez más. Por momentos mi mente se imaginaba un escenario en que ella se sintiera atraída por mi, pero era prácticamente imposible. Nadie se fijaba en mi.

¿Que pasaría si...? #LUIMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora