SEVEN

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En aquella habitación había una repentina tensión, más que nada, era sexual; el mayor estaba intentando ocultar su miembro casi erecto con la sábana de su cama, pero la tela era tan delgada que podía notarse de lejos. Deseaba que Jisung no supiera lo que era intimar con alguien, le estaba rogando a lo que sea que existiera que así fuera.
Jisung solo se miraba curioso en el espejo, aquellas ropas (él estaba cien porciento seguro de que eso no era ropa normal) le quedaban algo extrañas, bien pegadas a su fino cuerpecito, casi dándole caricias cada que se movía para analizar mejor la estructura. Aquellas caricias le producían escalofríos, nunca pensó que a los humanos les gustaría utilizar algo así, muchas veces vió a chicas en ¿bikini? sí, eso era, pero las telas no eran tan llamativas, podía jurar que eso no era un bikini, obviamente también descartó la idea de que era ropa interior.

-¿Qué piensas de esto Minho?- Volteó a ver al mayor, expectante por una respuesta, pero el mayor cada segundo desviaba su mirada hacia su entrepierna, lo cuál lo confundía un poco.

-Es lindo...- Murmuró, deseando que por fin se quitara aquellas prendas.

-¿No te gustó, verdad?- Hizo un puchero.

-No es eso Sung, te ves... Divino- Trató de sonar lo más tranquilo que podía, tragando duro por lo difícil que estaba siendo mantener su cordura -¿De dónde sacaste eso?- Sus plegarias al parecer estaban siendo escuchadas, pues el menor se veía muy inocente, como si no supiera qué traía puesto.

-No tengo ni la menor idea- Se alzó de hombros.

Se quedaron unos segundos en silencio, unos tortuosos segundos que para el pelirrojo parecían horas, eternas horas en las que aguantaba el aire en sus pulmones, pensando en todo y a la vez en nada, deseando esfumar esos pensamientos tan hormonales. Por otro lado, Jisung estaba interesado por aquella reacción tan confusa, parecía gustarle pero a la vez no, ¿qué estaba sucediendo?

Escaneó todo el cuerpo ajeno.

Oh.

Ahí había algo.

Algo que nunca había visto antes.

Era un bulto, no muy notorio, pero se veía un poco más grande que cuando los hombres llevaban ropa interior, con un miembro flácido dentro.

Volvió a dirigir su mirada a Minho.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, de la nada se sentía diferente con aquella ropa puesta. No sabía lo que estaba causando en el mayor, pero aquella sensación tan nueva lo estaba cautivando. El darse cuenta de que su mayor lo miraba tan... Deliciosamente, lo estaba matando; o eso era lo que él sentía, su corazón empezó a latir rápidamente, su boca se secó y sus piernas hormigueaban. Sus ojos por fin hicieron contacto visual, no supo cómo, solo su cuerpo actuó por sí solo, pero terminó en el regazo del pelirrojo, besando sus labios con hambre y deseo.

Minho se tardó un poco en seguirle aquel beso, estaba sorprendido por el repentino acercamiento, pero aún así logró estar al mismo nivel, besando con la misma intensidad aquellos pomposos labios que desde hace unas horas rogaban por hacer una bella danza con los suyos.

Ambas manos tocaban los cuerpos ajenos de forma desordenada, sin tener un orden en específico, más para Jisung, no tenía idea de lo que estaba haciendo, no sabía dónde tocar exactamente, solo recorría con sus manos el pecho y hombros del mayor, mientras que este pasaba sus manos por su espalda, cintura y finalizaba dando unos buenos apretones en el trasero, sacándole más de un suspiro al joven encima suyo.

Jisung sintió su entrepierna doler aún más, su cuerpo empezaba a calentarse y estaba reaccionando por mero instinto, se sentía como un animal en celo. Había escuchado muchas veces que eso les pasaba a las sirenas, cuando buscaban a un tritón para saciar su calentura, pero nunca pensó que algo así le sucedería a él. Sentía cómo ardía con cada toque que daba Minho en su piel, además aquella delgada tela solo hacía las cosas más difíciles, le excitaba la sensación de aquellas prendas siendo apretadas por las manos del mayor.

SIREN ~Minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora