CAPITULO I

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¡Holaaaaa!

Soy Kelly, y déjenme contarles cómo va mi película de la vida últimamente. Resulta que en la escuela siempre he sido la alumna "Ejemplar ", siempre con buenas notas, pero no crean que tengo una vida perfecta.

Sí, es verdad, me la paso bien en los exámenes, pero eso no significa que sea alguien popular. Para nada. Yo soy más como esa amiga que siempre está en la esquina, la que nunca levanta la mano aunque sepa todas las respuestas. ¿Se imaginan? En mi propia película, soy como el extra que nadie nota.

Las clases son como esas películas que a veces te encantan y a veces te duermes. Imagínense, sé todas las respuestas, pero mi timidez es como una cortina que me mantiene alejada del escenario social. Mientras todos se ríen y la pasan bien, yo estoy ahí, observando desde mi rincón.

Y ahora, la trama se complica un poco. Mis papás, que son como los directores de mi película, siempre quieren más. Si saco un 8, en lugar de decirme "¡bien hecho!", me sueltan que podía haber sacado un 9. Y si por casualidad saco ese 9, ya están esperando un 10. ¡Es como si nunca pudiera hacerlos felices!

Así que, después de todo ese drama mental, llega la hora de contarles cómo es un día cualquiera en mi escuela, lleno de altibajos y cosas con las que seguro se van a identificar.

La mañana comienza con la alarma sonando a las 6:30 a. m., pero ¿Quién puede resistirse a esos cinco minutos extras, verdad? Pues resulta que esos cinco minutos se volvieron media hora, y cuando por fin me doy cuenta, ya son las 7 de la mañana.

Después de este épico enfrentamiento con la alarma, me lanzo a la ducha con la esperanza de que cinco minutos sean suficientes para transformarme de zombie a ser chica presentable. El agua cae como si tuviera prisa por hacer su trabajo, y yo, me las ingenio para salir del baño en tiempo récord.

Con el cabello aun goteando y el corazón latiendo como si hubiera corrido una maratón, me lanzo a vestirme y arreglarme. La elección de la ropa es casi una decisión instintiva, y el peinado es más un "¡a lo que salga!" que una elección consciente. Para ser sincera, mi cabello estaba tan esponjado que parecía haber sido alcanzada por una tormenta de los años 80. Pero, ¿Quién tiene tiempo para preocuparse por peinados perfectos? ¡El Look "despeinado" sería una moda impuesta por mi épico despertar!

Mi mamá lanza su grito mañanero de "¡Kelly, apúrate! ¡No quiero que llegues tarde otra vez!" y sin pensarlo dos veces, bajé corriendo las escaleras.

—¡Kelly, pareces que estuvieras huyendo de un tornado! —observa mientras agarro una manzana.

—Este es el nuevo look, mamá. Lo llamo "salvaje pero a la moda" —respondo con una sonrisa, tratando de justificar mi desastre.

—Mmmm, sí, claro. A ver si esa "moda" llega hasta la hora del almuerzo —insta mientras busco mis cosas apresuradamente.

—¡La moda rebelde no espera, mamá! —comenté con una risa traviesa, intentando ganarle al tiempo.

Después de este rápido intercambio, meto mis cuadernos en la mochila.

—¿Y tus libros? ¿No se te olvidan en la mesa otra vez? —pregunta mamá mientras intento equilibrar los libros y la manzana.

—¡Claro que no, mamá! —asegurándome de no dejar nada atrás esta vez.

—Bueno, que tengas un buen día. No olvides comer algo más en la escuela —diciéndome con una expresión más suave.

—Gracias, mamá. ¡Nos vemos luego! —respondí mientras cerraba la puerta, con la esperanza de que mi estilo "salvaje pero a la moda" no fuera la burla de la escuela.

Una Vida "Perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora