el mundo a través de mis ojos

la insoportable levedad de mi ser

Desde muy pequeña me interese por la historia, por aquellas personas que tocaron la eternidad, que la sintieron y la vivieron a pesar de que ya no están, Beethoven es uno de ellos sus notas de piano resuenan y resonaran hasta el infinito y más allá, Nach es alguien que sigue vivo, pero creo que es una de esas personas que tocaran la eternidad.

Mi menor miedo es la muerte y mi mayor miedo es morir, no quiero ser una de esas personas que quedan en el olvido, en ese mar inmenso que se lleva los cadáveres sin dejar testigos, el tiempo es un templario a merced de la eternidad, es un juego retorcido, pero vislumbrante

Es confuso decir todo el tiempo "quiero morir" pero querer vivir mil vidas, esas que no fueron y las que no serán mías, quiero estar en el big bang, pero también quiero estar donde Adán y Eva, quiero emocionarme cuando se prendió el fuego por primera vez, quiero ver cuando se empezó a llenar la parte rural del mundo, quiero estar en donde se hacían fogatas y presenciar las historias de los abuelos cuando pelearon con un oso, quiero ver con los ojos de da Vinci la mona lisa y quiero sentir lo que sentía cancerbero por la música, quiero gritar por la patria en tiempo de revolución, quiero ver al genio de Nicola Tesla y quiero ver al brillante Albert Einstein, quiero escuchar a Jaime Garzón y quiero ver a Marie curí cuando descubrió el radio.

Son tantas cosas que quiero ver, presenciar, escuchar, sentir. Pero el mundo me asigno un cuándo y un dónde y lo peor es no saber cuándo es el fin de mi vida, creo que es hermoso porque aprecio la vida, pero es aterrador porque no se si pueda acariciar la eternidad. Es como Dante y su horrible miedo a la soledad, sé que es un sentimiento absurdo, pero es bello querer tocar la eternidad.

No soporto la insoportable levedad de mi ser.

Este miedo tomo nombre después de haber leído "la insoportable levedad del ser" y ahora puedo decir que el miedo de Tomas por perder a Teresa es el que yo siento por morir y no poder acariciar la eternidad

Es raro que a mis 16 años me preocupe por la complejidad o la tontería de la eternidad y que de mi cabeza no salga ¡tienes que acariciar la eternidad!

Por lo general me suelo atormentar por cosas que no debería, en este momento debería estar recuperando al sueño.

Aprecio más el mundo desde arriba, me encanta estar trepada en cualquier lugar alto porque cierro los ojos y en ese único y hermoso momento me siento a la merced del tiempo, siento que voy con la corriente del viento visitando cada lugar o rincón que no he explorado. Para dejar el perfume de mi cuerpo, aunque nadie lo percibe, para mi es importante. Siento que en ese lugar quedo un trozo de mí.

Quisiera ser un árbol para escuchar todas las historias que murmura la lluvia, ver jugar a los gusanos, sentir la humedad de la lluvia, escuchar los pajaritos cantar y ver las hormigas trabajar, quisiera ser un árbol para ser poder presenciar hechos que nadie más puede ver y no murmurar palabra solo, observar y disfrutar cada momento.

Tengo un complejo con la eternidad.