[ Hospital ]

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-Nat, sabes que nosotros estaremos para ti, solo llámanos ¿si? -Dijeron Cry y Pipe antes de salir de la habitación del hospital donde Natalan se encontraba, herido y sin ganas de seguir.

Todos sabían la locura que había pasado entre aquellos amigos, eran inseparables pero Roier cometió el ligero error de ser persistente en esas propuestas que obviamente fueron rechazadas....

-Si, no se preocupen, estoy bien -Les respondió con una mirada cansada, obviamente mintió

Fuera de la habitación de Natalan estaba el causante de todo, la causa de que Natalan estuviera postrado en una cama de hospital con una intravenosa entre su piel  y sobre todo la causa de esos moretones. Cry y Pipe pasaron de largo, sospechaban de Roier pues había tenido ya algunos ataques violentos hacia Natalan pero no querían entrometerse más.

Roier temblaba, llevaba ahí unas 3 horas sin entrar a la habitación, solo mirando la puerta, veía como iban y venían personas, la enfermera le había preguntado si entraría, Roier solo la miro y negó con la cabeza, ni si quiera tenia el valor para hablar.

Ya había visto a Rodezel llorando por Natalan pero no sintió remordimiento por el, por alguna razón ver a Rodezel le molestaba cuando ni si quiera Natalan y él se habían visto en la semana.

No entraba en su cabeza como él mismo pudo ser violento con Natalan, alguien que "amaba", si alguien mas se enteraba Roier tendría que irse lejos... muy lejos, ya no volvería a ver a Natalan nunca más, tenia que mantenerse calmado, lo mas calmado que pudiera.

-¿Roier? -Habló el doctor mientras se acercaba a Roier con una cara seria.

-Si, dígame, ¿sucedió algo?

-Por lo visto Natalan tiene golpes causados por alguien más, no hemos podido hablar con él, usted, ¿tiene alguna idea sobre esto?

Inmediatamente se le helo la sangre, pudo sentir como el frio invadía cada parte de su cuerpo, se mantuvo serio, debía de dar alguna respuesta convincente para no levantar sospechas. 

-Ah... si, hace poco se peleo con alguien por algunas cosas personales, tampoco me dijo a mi muy bien pero lo he estado cuidando desde aquella vez  

-Dígame, ¿Son continuas estas agresiones? hemos visto moretones y algunas heridas ya sanando en varias partes del cuerpo

-Si, ¿son graves? -Realmente no quería escuchar una respuesta pero si quería "cuidar" de Natalan tendría que disminuir su violencia contra Natalan  

-Si y no solo eso, si la violencia sigue hay probabilidades de que su salud mental y física no de para más... ¿Ya denunciaron? seria peligroso que Natalan se encuentre con su agresor de nuevo y que pase por los golpes de nuevo, usted entenderá.

"Agresor" aquella palabra resonaba en la mente de Roier y no iba a salir tan fácil, inmediatamente supo que lo que hacia estaba mal pero la idea de dejar a Natalan hacia que le doliera el corazón, como si una estaca fuera incrustada en su pecho con fuerza.

-No, no hemos denunciado, pero le aseguro que no volverá a ocurrir, estaré mas al tanto de Nat.

-Me parece bien. !Ah¡ por cierto, ¿Natalan tiene algún familiar? ¿una familia? 

-No, solo somos nosotros -Dijo en automático, no podía dejar que Rodezel lo cuidara, o que alguien mas le pusiera las manos encima.

-¿Seguro? alguien me comento sobre un tal Rod... -Paro de hablar al ver que Roier se empezó a reír

-Lo dejo hace mucho, nunca se casaron ni nada, el esta conmigo mire -Inmediatamente mostro los anillos que se supone estaban tirados y olvidados.

-Están comprometidos, que grata sorpresa, entonces supongo que usted cuidara de el, ¿no es asi?

-Claro que lo haré -Le sonrió al doctor y después dirigió la mirada a la puerta entreabierta del cuarto donde se encontraba Natalan.

Ahora Natalan se había convertido en un girasol, esa flor favorita de Roier, tan importante, que tenia que ser completamente de el y de nadie más, Roier solo podría ser propietario de aquella flor que se encontró en el campo, esa flor que le robo el corazón

La noche cayó y ambos seguían en el hospital, Roier no podía creer que Natalan llevara durmiendo tantas horas por lo cuál decidió entrar, miro de pies a cabeza a Natalan, como si de un lindo y brillante trofeo se tratara.

Natalan estaba acostado de lado, no quería ver a Roier, sin querer había escuchado cada parte de la conversación que Roier había tenido con el Doctor.

El miedo se había apoderado de su cuerpo en cuanto escucho que quedaría al cuidado de Roier, ya había llorado en silencio, incluso le rogo a la nada para que Roier se fuera, pero fue un fracaso, el seguía ahí, solo le quedaba fingir, fingir hasta que alguien llegará para después suplicar que se lo llevara lejos, muy lejos, estar cerca de Roier era como una misma pesadilla, los últimos meses ni si quiera pudo dormir bien gracias al acoso de Roier, maldijo aquél día que dejo pasar todas esas actitudes...

Maldijo aquel día que conoció a Roier, aquella propuesta y ese pueblo donde estaban

Ahí estaba Natalan, con moretones cubriendo su pálida piel, no se permitía llorar por la presencia de Roier, ninguno de los dos se movía, la respiración pesada de Natalan era lo único que se escuchaba en ese cardiaco silencio acompañado con el "bip, bip, bip" de la maquina que tenia a un lado para corroborar que seguía con vida, cada sonido le recordaba que si seguía con vida seguiría en un calvario al lado de Roier, no pudo mas y las lagrimas empezaron a brotar, cubrió su boca con sus manos rogando que Roier no lo escuchara, sus latidos empezaban a aumentar, aun que no lo quisiera la maquina lo delataba cada segundo que lloraba 

G I R A S O LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora